Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Frases célebres de Michel de Montaigne

¡El amor! Es el ala que Dios ha dado al alma para que pueda subir hasta él.

El hombre es una invención cuya fecha reciente muestra con toda facilidad la arqueología de nuestro pensamiento.

Esta muy bien seguir adelante, siempre y cuando puedas regresar.

La conciencia hace que nos descubramos, que nos denunciemos o nos acusemos a nosotros mismos, y a falta de testigos declara contra nosotros

La vejez pone mas arrugas en el espíritu que en la cara.

Lo bonito de la profesión de actor es que no existe ningún orden en el tiempo o la edad.

Para un pueblo hambriento e inactivo, la sola forma en que Dios puede aparecer es en la de trabajo y comida.

Si tanto corres no encontrarás a nadie, y lo que es peor, no te encontrarás a ti mismo.

Yo no cito a los demás mas que para expresar mejor mi pensamiento.


Frases de Michel De Montaigne

No existe el presente, y esto que llamamos presente no es sino la unión del futuro con el pasado.

Las cosas más gratas en el mundo son los pensamientos agradables. El gran arte de la vida consiste en tener tantos de aquellos pensamientos como sea posible.

La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo.

Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.

Los hombres alardean de ser aún más malos de lo que realmente son.

No hay cosa de la que tenga tanto miedo como del miedo.

Sería preciso quitar todo momento oportuno a la importunidad.

Gobernar una familia es casi tan difícil como gobernar todo un reino.

Cada virtud necesita un hombre; pero la amistad necesita dos.

Es preciso prestarse a los otros, pero no darse sino a uno mismo.

La prueba más clara de sabiduría es una alegría continua.

Tú no te mueres porque estás enfermo, te mueres porque estás vivo.

El mejor matrimonio sería aquél que reuniese una mujer ciega con un marido sordo.

En el más alto de los tronos del mundo seguimos sentados sobre nuestro propio trasero.

La confianza en la bondad ajena es testimonio no pequeño de la propia bondad.

La premeditación de la muerte es la premeditación de la libertad.

Los libros son el mejor viático que he encontrado para este humano viaje.

Nadie está libre de decir estupideces, lo grave es decirlas con énfasis.

Toda persona honrada prefiere perder el honor antes que la conciencia.

Lo más maravilloso del mundo es saber cómo pertenecer a uno mismo.

Siempre he observado que para triunfar en la vida hay que ser entendido, pero aparecer como tonto.

Las leyes mantienen su crédito, no porque sean justas, sino porque son leyes.

Del mismo papel en que el juez ha escrito una sentencia contra un adúltero rasgará un pedazo para escribir unas líneas amorosas a la esposa de un colega.


Michel Eyquem de Montaigne, 1533-1592. Escritor y filósofo francés.

Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis.

El que no esté seguro de su memoria debe abstenerse de mentir.

La conciencia hace que nos descubramos, que nos denunciemos o nos acusemos a nosotros mismos, y a falta de testigos declara contra nosotros.

A quienes me preguntan la razón de mis viajes les contesto que sé bien de qué huyo pero ignoro lo que busco.

La principal ocupación de mi vida consiste en pasarla lo mejor posible.

La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha.

El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo.

El signo más cierto de la sabiduría es la serenidad constante.

Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.

Yo no me encuentro a mí mismo cuando más me busco. Me encuentro por sorpresa cuando menos lo espero.


Se bien de que huyo...


Se bien de que huyo,
pero ignoro lo que busco.