Los ogros
El Bosque
Encantado era un lugar pequeño rodeado por el Valle de la Melancolía, el amor
entre la princesa y el caballero lo habían hecho crecer hasta convertirlo en un
lugar de felicidad, armonía y mucho amor. Sin embargo aún existían fieras y
monstruos que querían reclamar el lugar para ellos.
Los ogros
eran unos de estos monstruos que de vez, en vez se acercaban para atacar el
Bosque Encantado, concretamente al caballero que era el guardián del lugar.
Este antes cazaba dragones hasta casi su extinción, hoy eran sus aliados y
fieles compañeros que junto con su noble caballo azabache "Corcel",
que lo ayudaban en su heroica labor.
Después de
casi ser extinguidos, solo quedaban los dragones más jóvenes, aun les faltaba
desarrollar sus facultades y poder al máximo, pero tres de ellos destacaban;
Perseverancia, Constancia y Entusiasmo, que siempre acompañaban al caballero,
Entusiasmo era el macho de estos tres dragones, también el más joven, pero
tenía un carácter que siempre hacía sonreír al campeador, no por joven era
menos valiente y temerario y tenía un vínculo muy estrecho con él.
Sucedió que
esta noche los ogros se agruparon, entre ellos Desconsuelo, Desilusión,
Desdicha, Desesperanza, Egoísmo y Orgullo, entre muchos otros y decidieron atacar
por sorpresa al caballero. Los dragones inmediatamente lo alertaron y junto con
Corcel, fueron rápidamente a las orillas del Bosque Encantado a enfrentar a los
fieros ogros.
La lucha
fue encarnizada, las armas de los ogros eran poderosas y dañaban la armadura
del caballero, que con solo su agilidad y experiencia podía esquivarlos, pero
esta noche era diferente, los monstruos estaban muy bien organizados, habían
planeado bien el ataque y hasta los jóvenes dragones estaban sufriendo heridas.
A lo lejos,
a varios kilómetros de ahí, una ventana del palacio se iluminaba por la luz de
una vela, era la princesa escribiendo en largos pergaminos instrucciones que
correspondían a su investidura real, lo hacía últimamente con mucho ahínco que
casi no tenía tiempo para disfrutar su amor con el caballero.
La batalla
era feroz y sin tregua, todos luchaban utilizando lo mejor de sus recursos, el
caballero y su equipo mantenían a raya a los ogros, incluso haciéndolos
retroceder, de pronto algo súbitamente cambió el panorama, el caballero sintió
un punzante y agudo dolor en su espalda, el ogro Soledad, hembra sin compasión
lo había herido, el caballero calló lentamente al suelo, un profundo silencio
cubrió al Bosque Encantado, la princesa estaba muy lejos ocupada en sus labores
sin tener la menor idea de que su caballero había sido herido, este mientras
caía apretaba fuertemente el puño izquierdo, en su guante contenía el pañuelo
que le dio la princesa como señal de su amor, perdía el conocimiento
lentamente, mientras yacía en el frío suelo nocturno, la luna hacía brillar su
abollada armadura… aun con sus ojos cerrados, veía claramente a su princesa, sonriendo, lentamente... murió.
Epílogo
En lo profundo del Bosque Encantado
yace el cuerpo inerte, sin vida, de un caballero. La princesa no notó su
ausencia y la fiera batalla final, cuando fue atravesado por una filosa daga de
un ogro hembra llamada Soledad.
Rodeado por
los dragones que él había domesticado y su noble y azabache cabalgadura, con la
tristeza reflejada en sus rostros procedieron a quitarle la brillante armadura
para amortajarlo.
La sorpresa
se reflejó en todos ellos al descubrir en el pecho del noble caballero, la más
bella rosa roja, como nunca habían visto en su vida, al quitar con dificultad
su guante izquierdo, descubrieron el pañuelo de la princesa atado a su mano,
siempre lo traía con él.
Pero la
mayor sorpresa fue cuando le quitaron el yelmo y descubrieron su rostro, tranquilo,
en paz y con una leve sonrisa que lo hacía parecer vivo.
Los ogros
fueron abatidos y desterrados, el Bosque Encantado florece más que nunca, todo
en ese maravilloso lugar emana amor. La cabaña del caballero es ahora su
cripta, que celosamente guarda Entusiasmo, el más pequeño de los dragones que
ahora luce joven y fuerte. Corcel su noble cabalgadura de vez en vez le lleva
flores a la puerta ahora sellada.
En los días
lluviosos, una arcoiris parte desde la cabaña y en las noches de luna se
ilumina ofreciendo un mágico espectáculo.
Nadie más
ha intentado penetrar el Bosque Encantado y mucho menos acercarse a la cripta
del caballero.
El
puente de piedra
Ha
pasado ya mucho tiempo, la cripta del caballero, antes su cabaña, está cubierta por enredaderas, alrededor crecen
los rosales.
Nadie
más se atreve a atacar el Bosque Encantado, un pequeño lugar que guarda el
grande corazón de un ser que se entregó a su amor como nunca antes, aunque le
costó la vida.
En
el interior reposan los restos del noble caballero enfundado en su brillante
armadura, su cuerpo no solo no se descompone sino que emite una suave
fragancia, la rosa de su pecho de un rojo inmaculado, no se marchita, florece,
el pañuelo de la princesa yace en su guante izquierdo, sin atarse.
Todo
el que quiera puede visitar el Bosque encantado, pero nadie debe cruzar el viejo
puente de piedra, único acceso a la cripta, pues moriría antes de terminar de cruzarlo, ni siquiera la
princesa puede hacerlo ya, solo el amor verdadero puede lograrlo sin riesgo, en el cuerpo de una
dama, algo difícil de encontrar sobre todo por un cuerpo inerte, sin vida.
En
su cripta se lee:
“Solo con el corazón se puede
ver bien, lo esencial es invisible a los ojos”