Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Dime...

Si me dices suéltame, te abrazaré más fuerte.

Si me dices tengo frío, te daré mi calor.

Si me dices adiós, te esperaré con los brazos abiertos, el corazón en la mano y mi mejor sonrisa de bienvenida.

Pero si me dices ámame, te daré mi amor ilimitado e infinito y no podrás ser más feliz.

Si un perro fuera tu maestro…


Si un perro fuera tu maestro… aprenderías cosas como estas:

• Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.
• Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro Éxtasis.
• Toma siestas.
• Dale un beso inesperado a quien tengas a tu lado.
• Estírate antes de levantarte.
• Corre, brinca y juega a diario.
• Mejora tu atención y deja que la gente te toque.
• Evita morder cuando un simple gruñido puede ser suficiente.
• En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto.
• Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de un árbol.
• Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.
• Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.
• Se leal.
• Para tener muchos amigos es necesario mover la cola, no la lengua (mas acciones y menos palabras).
• Nunca pretendas ser algo que no eres.
• Si lo que quieres esta enterrado, escarba hasta que lo encuentres.
• Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estás ahí.

La Rosa Durmiente


Los enamorados riñen en ocasiones pero este par, la Princesa Ángel y el Caballero de la Rosa es peculiar hasta en la forma de hacerlo. El no deja de tratarla con palabras tiernas y ella no deja de mirarlo con el más tierno amor.

Ambos buscan terminar pronto, por fiera que sea la riña, para refugiarse uno en los brazos del otro y dejar que su amor fluya entre, adentro y alrededor de ellos. Ese lazo aunque invisible, muy presente y perceptible para todos los seres del Bosque encantado.

Ambos son buenos combatientes, fieros, intensos, sin pedir ni dar cuartel cuando riñen, luchan con la cabeza pero siempre les gana el corazón. Los habitantes del bosque se alejan cuando esto suceden, por discreción y respeto a su privacidad, pero saben que usualmente llegará a buen fin, que ellos lograran un final feliz, sin vencedores ni vencidos, el amor siempre sale triunfante y fortalecido, entre ellos comentan y algunos apuestan quién le dará el primer beso a quién, para terminar la discusión. Nada importa más que el amor que se profesan, cultivado a través del tiempo con paciencia y dedicación, con ternura y cariño, con besos y caricias.

En esta ocasión todo comenzó por el reclamo del caballero hacia la falta de atención de su princesa, su alejamiento y su silencio cada vez más largo, se sentía relegado, olvidado, desatendido por la rutina real de su princesa. Todo iba muy bien, hasta que ella malinterpretó una de las palabras del caballero e inició el torneo. Ella acostumbra a tergiversar las cosas cuando se ve perdida, él la conoce y sabe que sucederá de un momento a otro, ambos se conocen tan bien. Cuando esto sucede, la discusión cambia hacia la interpretación de la princesa, que en este caso se aferró fuertemente hacia algo que el caballero no dijo, que la iba dejar de amar, nada más alejado de la realidad cuando ella es el amor de su vida y a la respuesta de ella: “No me importa”

Ahora todo se reducía tratar de explicar lo que él no dijo y conocer si le importaba a ella o no, mientras esto sucedía, él no dejaba de tratarla con ternura, con cariño, con amor, ella lo veía con sus ojitos llenos de tristeza, pues estaba segura de lo que había escuchado, así se fue el tiempo, muy corto hasta que surgió un “Te amo” de los labios de ella, como queriendo poner punto final a la discusión, nadie se dio cuenta como pasó, pero ella estaba recostada junto a él, los “Te amo" iban y venían entre los dos, él la acurrucó en su pecho, ella no dejaba de suspirar y enviarle besos, él hacía lo mismo completándoles con palabras tiernas y dulces, llenas del más profundo cariño y amor, hasta que ella se durmió en sus brazos, relajada, en paz, enamorada.

Al caballero le llena de profundo placer verla dormir, pues el sueño de ella es frágil, inconstante, muchas veces pasa mucho tiempo sin conciliarlo, excepto cuando está con él, que la arrulla, le habla suave, la cuida como su niña mimada, traviesa y malcriada, ella se deja consentir por él, su gran amor.

Durante el sueño, ella balbuceaba, “Te amo”, “No me dejes nunca” y palabras que venían se su subconsciente, cuando sus defensas están caídas debido al sueño, que le regala al caballero ante la seguridad de sus brazos. Él estuvo con ella toda la noche, cuidándola, vigilando su sueño, admirando la belleza en su cara de niña traviesa, que aun dormida le mandaba besos de vez en vez, siendo el regocijo del caballero y haciéndole sentir cuanto le importaba tenerlo cerca.

Así transcurrió la noche, ella dormida en sus brazos, dócil, indefensa, entregada en cuerpo y alma al amor de su caballero, ese que era solo suyo de nadie más, se sabía correspondida más que plenamente, solo con él se comportaba como niña, ella que era una gran mujer que dirigía un reino, se mostraba vulnerable ante tanto amor que la sometía y la dominaba. Él solo la miraba, la admiraba en todo su ser y se sentía bendecido por tener el amor de ella, nunca había cruzado por su mente abandonarla, no deseaba hacerlo, no sentía hacerlo, pues ella es el amor de su vida y juntos son uno solo, que se entregan, se comprenden, se acompañan y se apoyan además de amarse con una intensidad más allá de ellos mismos.

Esa noche ella durmió en sus brazos y el tocó el cielo de la felicidad, así de grande es el amor de ellos, así de grande es el amor verdadero.

El poeta pide a su amor que le escriba

Amor de mis entrañas, viva muerte, 
en vano espero tu palabra escrita 
y pienso, con la flor que se marchita, 
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte 
ni conoce la sombra ni la evita. 
Corazón interior no necesita 
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas, 
tigre y paloma, sobre tu cintura 
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena pues de palabras mi locura 
o déjame vivir en mi serena 
noche del alma para siempre oscura.

Un par de ojos


Me han hurtado mis únicas posesiones,
mi corazón, mi alma y la vida mía, 
los culpables son un par de ojos, 
¡sus bellos ojos señora mía!

La importancia de los ritos

-“Qué es un rito”
-Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas.”

El Caballero de la rosa recordaba estás palabras leídas en su niñez, palabras que siempre había guardado en su ser, ahora las recordaba, más que nunca, pues los ritos entre su amada princesa y él se habían roto… una vez más.

Ella ya no le escribía y los mensajes eran cada vez más distantes y cortos, solo cambiaban cuando ella lo reñía, entonces si se daba tiempo la princesa, esto último lo divertía, aunque la vez más reciente lo hizo enojar como pocas veces recuerda, pero como siempre las cosas se aclararon y todo quedó atrás, todo quedo olvidado.

No deben confundirse los ritos con la rutina, la rutina es lo que se repite cotidianamente, los ritos son algo especial, son algo distinto. Ella había caído inexorablemente en su rutina, pues sabiéndose muy amada por el caballero, lo había descuidado nuevamente, cosa que aunque a él ya no le lastimaba, pues sabía de la inconstancia de su princesa y de las espinas de su rosa,
tampoco le gustaba,

Los ritos son importantes porque aunque el corazón esté preparado,
late más aprisa cuando se sabe de la existencia del rito, hace que todo se vea distinto, que todo sea diferente, que todo luzca mejor, los ritos le dan un sentido diferente a la vida. En eso creía el caballero, era algo que tenía siempre presente, que era parte de él.

No deben ser muchos
los ritos para que tengan un profundo sentido y deben dedicarse entre dos personas, así no solo tienen sentido, sino que se vive intensamente. Ellos tenían uno que para el caballero era muy especial, al caer la noche él la esperaba para conversar y terminar el día con su sonrisa, su mirada, para dormir acurrucados uno en el otro. Pero no siempre sucedía, la princesa había vuelto a su rutina, dejando no pocas veces esperando al caballero hasta que el sueño lo vencía y no sabía de ella sino hasta al otro día, muchas veces bien entrada la mañana… o la tarde.

En ocasiones era difícil mantener una conversación con ella, pues siempre estaba ocupada para el caballero, este no podía buscarla cuando lo deseaba, pues su princesa estaba inmersa en sus obligaciones reales, así que debía esperarla hasta que ella se desocupara, cosa que no siempre sucedía pues ella era muy desordenada y muy mal organizada, en ocasiones aun estando con él seguía haciendo sus actividades prestando poca o ninguna atención al caballero.


La princesa estaba en su nivel de confort, había caído en su agobiante rutina, al caballero no le gustaba el confort, ni la rutina, amaba los ritos entre ellos. Sin embargo él se estaba volviendo indiferente a su indiferencia, eso no era bueno para su relación. Ella ya no lo buscaba ni contestaba a sus mensajes con oportunidad, no lo enamoraba, no buscaba sorprenderlo, ni hacerlo suspirar, solo lo ignoraba...

Esa noche recordaba su rito nocturno, ella comenzaba platicando de las cosas que le preocupan o molestaban, hasta que el caballero terminaba haciéndola olvidar su cuitas, arrancándole una sonrisa, poniéndola feliz para dormir los dos con la alegría del amor que se profesan, juntos, enamorados, sabiendo que se tienen uno al otro.

Pero ese rito ella también lo había roto, así que mientras pensaba en ello, el caballero se retiró a su habitación, se recostó y esperando a su princesa se quedó dormido... soñando con ella.



Solo hay una persona...

Solo hay una sola persona con quien anhelo bañarme...

Solo hay una persona con quien deseo dormir...

Solo hay una persona con quien deseo despertar...

Solo hay una persona con quien deseo estar...

Solo hay una persona con quien deseo compartir cada instante de mi vida...

Solo hay una persona a quien amo más alla del tiempo y la distancia...

Solo hay una persona a quien dedico todos mis pensamientos, todo lo que hago...

Solo hay una persona que me roba el aliento y me arranca suspiros...

Solo hay una persona que me llena el corazón, el alma, la vida, mi ser entero...

Solo hay una persona que me hace darle lo mejor de mi...

Solo hay una persona que me hace querer ser mejor cada día para ella...

Solo hay una persona que vuelve en fantasía mi realidad y mi realidad en fantasía...

Solo hay una persona que viaja y permanece siempre en mi pecho... 

Solo hay una persona que es el amor de mi vida...

¡Esa persona eres tú!

:D