Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Flor de azalea

Como espuma 
que inerte lleva el caudaloso río 
flor de azalea 
la vida en su avalancha te arrastró.

Pero al salvarte 
hallar pudiste protección y abrigo 
donde curar tu corazón herido 
por el dolor.

Tu sonrisa refleja el paso de las horas negras, 
tu mirada 
la más amarga desesperación.

Hoy para siempre 
quiero que olvides tus pasadas penas 
y que tan sólo tenga horas serenas 
tu corazón.

Quisiera ser 
la golondrina que al amanecer 
a tu ventana llega para ver 
a través del cristal.

Y despertarte 
muy dulcemente si aún estás dormida 
a la alborada de una nueva vida 
llena de amor.

Quisiera ser...

A tu recuerdo

Veme aquí sentado en silencio y pensándote a gritos,
Solo tengo recuerdos vagos,
Estoy jugando a no extrañarte y voy perdiendo,
Solo puedo extrañarte pero es masoquista porque cada vez queda doliendo,
Pero Solo deseo tu felicidad y sabes que es verdad.

Me das la fuerza tanto que un dragón puedo derrotar,
Si algún día es necesario te daré mis ojos para cuando quieras llorar,
Adoro eso labios pequeños y de color rojo,
Te veo en todos lados y más cuando cierro los ojos.

Y hoy a tu recuerdo escribo recordando el negro de tu pelo,
Pero un papel no es suficiente necesito todo el cielo,
Para poder escribir a tu recuerdo,
Sigues siendo la llama con la que ardo.

Sigo contando lo segundos y los minutos,
Solo nosotros sabemos estar distantemente juntos,
Eres una diosa vestida de mortal,
No sé si tu recuerdo me hace bien o me hace mal...

Siempre escucho tu nombre y me vienen los recuerdos,
De lugares, promesas, y besos tiernos,
En mi alma ya formas parte de mí,
Prefiero la guerra contigo al infierno sin ti.

Y te prometo jamás olvidar lo que vivimos,
Esa historia secreta que prometimos que no contaríamos,
Linda y delicada rosa que la piel me eriza,
No me convenció nadie me convenció tu sonrisa.

Y a puro recuerdo, armo el rompecabeza de nuestra historia,
Por tu felicidad todo lo daría,
Cualquier cosa y si no existe lo invitaría,
Te quiero a ti con todo lo que traigas,
Risas, estupideces o lo que sea que hagas,
Eres hermosa pero no muy normal,
No sé si tu recuerdo me hace bien o me hace mal

Nunca fui tan feliz como cuando estabas junto a mí,
Si te falta un te quiero piensa en mí,
Te di mis brazos para que te quedaras,
Y mis alas para que volaras,
Yo soy el desierto y tu mi río,
Si tu mundo se derrumba ven te invito al mío,
Y a ti no estoy unido y si no amarrado,
No tengo la mirada perdida, la tengo atento a tu recuerdo,
Te extraño, y eso se convirtió en un veneno mortal,
No sé si tu recuerdo me hace bien o me hace mal...

Clamor

Clamó al cielo y el cielo lo escuchó y pudo llegar hasta su amada.

Después de encontrarla la recorrió de pies a cabeza, con suaves caricias y con intensidad apabullante, rítmica, alternadamente, sin prisa pero sin pausa.

Penetraba en ella cálido y ella lo sentía profundamente para convertirlo en suspiros, boca entreabierta y ojos cerrados.

Él desordenaba y revolvía su largo cabello, la enloquecía y la extasiaba, ¡ella por fin lo necesitaba!

Clamó al cielo y el cielo lo escuchó y convertido en aire, pudo llegar hasta su amada.

Encuentro fugaz

Después de mucho tiempo sus miradas se encontraron nuevamente... a la distancia.

Una nerviosa sonrisa en cada uno de ellos.

Ambos saludaron levantando la mano, sus pensamientos se agolpaban y los recuerdos caían en cascada.

Estaban tan cerca y aun así ninguno se atrevía a romper la escaza distancia que los separaba esta vez.

Solo un tímido "Hola" de extremo a extremo por cada uno de ellos.

Luego continuaron su camino pensando que un "Te amo" se ahogaba en su pecho... el de ella... el de él.

Vamos a guardar este día...


Vamos a guardar este día 
entre las horas, para siempre, 
el cuarto a oscuras, 
Debussy y la lluvia, 
tú a mi lado, descansando de amar. 
Tu cabellera en que el humo de mi cigarrillo 
flotaba densamente, imantado, como una mano 
acariciando. 
Tu espalda como una llanura en el silencio 
y el declive inmóvil de tu costado 
en que trataban de levantarse, 
como de un sueño, mis besos. 

La atmósfera pesada 
de encierro, de amor, de fatiga, 
con tu corazón de virgen odiándome y odiándote. 
todo ese malestar del sexo ahíto, 
esa convalecencia en que nos buscaban los ojos 
a través de la sombra para reconciliarnos. 
Tu gesto de mujer de piedra, 
última máscara en que a pesar de ti te refugiabas, 
domesticabas tu soledad. 
Los dos, nuevos en el alma, preguntando por qué. 
Y más tarde tu mano apretando la mía, 
cayéndose tu cabeza blandamente en mi pecho, 
y mis dedos diciéndole no sé qué cosas a tu cuello. 
Vamos a guardar este día 
entre las horas para siempre.

Tú tienes lo que busco


Tú tienes lo que busco, lo que deseo, lo que amo, 
tú lo tienes. 
El puño de mi corazón está golpeando, llamando. 
Te agradezco a los cuentos, 
doy gracias a tu madre y a tu padre, 
y a la muerte que no te ha visto. 
Te agradezco al aire. 
Eres esbelta como el trigo, 
frágil como la línea de tu cuerpo. 
Nunca he amado a una mujer delgada 
pero tú has enamorado mis manos, 
ataste mi deseo, 
cogiste mis ojos como dos peces. 
Por eso estoy a tu puerta, esperando.

Sólo en sueños


Sólo en sueños, 
sólo en el otro mundo del sueño te consigo, 
a ciertas horas, cuando cierro puertas 
detrás de mí. 

¡Con qué desprecio he visto a los que sueñan, 
y ahora estoy preso en su sortilegio, 
atrapado en su red! 

¡Con qué morboso deleite te introduzco 
en la casa abandonada, y te amo mil veces 
de la misma manera distinta! 

Esos sitios que tú y yo conocemos 
nos esperan todas las noches 
como una vieja cama 
y hay cosas en lo oscuro que nos sonríen. 

Me gusta decirte lo de siempre 
y mis manos adoran tu pelo 
y te estrecho, poco a poco, hasta mi sangre. 
Pequeña y dulce, te abrazas a mi abrazo, 
y con mi mano en tu boca, te busco y te busco. 

A veces lo recuerdo. A veces 
sólo el cuerpo cansado me lo dice. 
Al duro amanecer estás desvaneciéndote 
y entre mis brazos sólo queda tu sombra.

Cuando estuve en el mar era marino...

Cuando estuve en el mar era marino 

este dolor sin prisas. 
Dame ahora tu boca: 
me la quiero comer con tu sonrisa. 

Cuando estuve en el cielo era celeste 
este dolor urgente. 
Dame ahora tu alma: 
quiero clavarle el diente. 

No me des nada, amor, no me des nada: 
yo te tomo en el viento, 
te tomo del arroyo de la sombra, 
del giro de la luz y del silencio, 

de la piel de las cosas 
y de la sangre con que subo al tiempo. 
Tú eres un surtidor aunque no quieras 
y yo soy el sediento. 

No me hables, si quieres, no me toques, 
no me conozcas más, yo ya no existo. 
Yo soy sólo la vida que te acosa 
y tú eres la muerte que resisto.

Ella pidió tiempo

Ella me pidió tiempo;

Yo le di mis Lunas y
mis soles, mis segundos
los minutos y mis
horas. Le ofrecí un
octubre acompañado de,
11 meses, envejecer con
ella, y hasta le
obsequié mi reloj de
arena.

Ella me pidió tiempo.

Creo que las
definiciones en su
diccionario, no son las
mismas que en el mío.

Bambú

Un día decidí darme por vencido…renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi vida. Fui al bosque para hablar con un anciano que decían era muy sabio.

-¿Podría darme una buena razón para no darme por vencido? Le pregunté.

-Mira a tu alrededor, me respondió, ¿ves el helecho y el bambú?

-Sí, respondí.

-Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.

-En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.

-En el tercer año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.

-En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.

-En el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante.

-El sexto año, el bambú creció más de 20 metros de altura. Se había pasado cinco años echando raíces que lo sostuvieran. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.

-¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Le dijo el anciano y continuó…

-El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso.

-Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida, le dijo el anciano y continuó…

-La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante…

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes… quizá sólo estés echando raíces…

El amor no es una relación

El amor no es una relación. El amor es un estado; no tiene nada que ver con nadie más. Uno no se enamora, uno es amor. Por supuesto, si eres amor estás enamorado, pero ése es el resultado, la consecuencia, pero no el origen. El origen es que eres amor.

¿Quién puede ser amor? Evidentemente, si no eres consciente de quién eres, no podrás ser amor. Serás miedo. El miedo es exactamente lo contrario del amor. Recuerda que el odio no es lo contrario del amor, como la gente piensa. El odio es amor al revés, no es lo contrario del amor. Lo contrario del amor realmente es el miedo. Con el amor te expandes, con el miedo te encoges. Con el miedo te cierras, con el amor te abres. Con el miedo dudas, con el amor confías. Con el miedo te quedas en soledad. Con el amor desapareces; se desvanece la cuestión de la soledad. Si no existes, ¿cómo te puedes sentir solo? Entonces, estos árboles, los pájaros, las nubes, el sol y las estrellas están dentro de ti. El amor es cuando conoces tu cielo interno.

Los niños no tienen miedo; los niños nacen sin miedo. Si la sociedad puede ayudarles y apoyarles para que permanezcan sin miedo, si les ayuda a subirse a los árboles y a las montañas, y a nadar en el mar y los ríos —si la sociedad puede ayudarles con todos sus medios a ser aventureros, aventureros de lo desconocido, y si la sociedad puede provocar una búsqueda en vez de darles creencias muertas entonces, los niños se volverán grandes amantes, amantes de la vida. Ésta es la verdadera religión. No hay mayor religión que el amor.

Medita, baila, canta y profundiza más en ti mismo. Escucha a los pájaros más atentamente. Mira las flores con asombro, con admiración. No te vuelvas erudito, no etiquetes las cosas. Eso es la erudición, el maravilloso arte de etiquetarlo todo, catalogarlo todo. Conoce gente, mézclate con la gente, con toda la gente que puedas, porque cada persona expresa una faceta de Dios distinta. Aprende de las personas. No tengas miedo, la existencia no es tu enemigo. La existencia te cuida, la existencia está dispuesta a apoyarte de todas las formas posibles. Confía y empezarás a sentir un considerable aumento de energía. Esa energía es amor. Esa energía quiere bendecir a toda la existencia, porque cuando estás en esa energía te sientes bendecido. Y cuando uno se siente bendecido, ¿qué otra cosa puede hacer sino bendecir a toda la existencia?

El amor es un profundo deseo de bendecir a toda la existencia.

De promesas y de tratos

Cuántas promesas rotas a lo largo de una vida, que dejan una sensación de mentira y desilusión. Cuántas veces hemos escuchado que las promesas están hechas para romperse, cosa que para mí no vale.

Desde niño aprendí a darle valor a mis palabras, a cumplir mis compromisos, así que en cuanto mi hija Ximena pudo hablar, entre ella y yo establecimos una manera de comprometernos mutuamente.

Ella aprendió conmigo que bastaba nuestra palabra para cumplir los compromisos, diciendo alternadamente; "Un trato es un trato y los tratos, se cumplen." Así sellamos, aún ahora, nuestros compromisos o acuerdos.

Esta reflexión la hago porque nunca pensé que entre Ximena y yo, algo tan simple pudiera ser tan poderoso y mantenernos unidos en una cosa tan importante; el valor de mantener nuestra palabra.

A mi hija en su boda

Ha llegado el día en que tengo que hacer entrega formal de Ximena, no sin antes aprovechar este momento para recordar algunas cosas de ella cuando era niña.

Este es un buen momento para recordar algunas cualidades de ella, por ejemplo;

Es muy voluntariosa, cuando aprendía a andar en bicicleta, se me escapó antes que pudiera detenerla y más adelante se cayó, la vi levantarse y patear e insultar a su bicicleta para inmediatamente subirse y andar sin problemas. Héctor no la hagas enojar o sabes a lo que te expones.

Siempre ha visto por los menores que ella. En una ocasión por ayudar a una niña pequeña y evitar que cayera de las escaleras de la resbaladilla, Ximena cayó de espalda y apenas tuve tiempo de recibirla en mis brazos. En su rostro no había miedo, pues sabía que yo siempre estaba cerca, pero vi su carita de satisfacción por haber hecho algo bueno.

Ximena tiene un sentido de la justicia. Estábamos en el autoservicio, la llevaba sentada en el carrito y coincidimos con un papá que le dio un zape a su pequeño hijo que se portaba mal. Ella solo dijo; "Órale" a manera de reproche provocando la mirada airada de la gente que pasaba hacia ese padre que se retiraba rápidamente y avergonzado.

Tengo muy presente una mirada especial hacia mí; un día paseando en bicicleta hacia el Parque Hundido, llegamos a la zona de escaleras y ella desmontó para cargar su bicicleta mientras yo bajaba por las escaleras sobre la mía. Me miró con amor, sorpresa y orgullo, la mirada más maravillosa que recuerdo de ella.

Lo menciono porque a ti Héctor te mira como nunca antes ella lo había hecho con nadie. Es tu responsabilidad que lo siga haciendo siempre.

Desde pequeña ha sido muy platicadora, una vez que empezó a hablar no ha parado, hasta su profesión tiene que ver con el lenguaje. Así aprendió conmigo que bastaba nuestra palabra para cumplir los compromisos, diciendo alternadamente; "Un trato es un trato y los tratos, se cumplen." Así sellamos, aún ahora, nuestros compromisos o acuerdos.

Pues bien, el día de hoy les toca sellar un compromiso, no solo entre ustedes, sino ante alguien más grande que ustedes y nosotros, hagan que sus palabras valgan, haz Héctor que Ximena sepa que eres un varón en el que puede confiar a ciegas como confía ella en mi, porque un trato es un trato, y los tratos... se cumplen.

Que Dios los bendiga.

13 de diciembre 2014

El respaldo de una silla

Seguro ha escuchado muchas conversaciones. Amantes declarándose amor. O poniendo las cartas sobre la mesa. Seguro ha recibido lágrimas. O incomodidades de espalda porque su curvatura se ha perdido con el tiempo.

El tejido habla de una historia anónima. O de muchas conocidas. De aroma de café, de tratos cerrados, de acuerdos y de risas. A veces no nos damos cuenta donde nos sentamos. Y damos por hecho que estamos cómodos cuando no es así.

Pero cuando el lugar "te recibe" y "te abraza" te dan ganas de jamás quererte ir. Y regresas. Y no te vas nunca...