Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Gracias

Gracias amigos por las tardes de tertulias y las noches de bohemia, por el buen vino y las viejas canciones, por los alegres momentos y las risas sinceras.

Pero me espera una gentil mujer con mirada cargada de futuro con quien debo conjugar el verbo amar y no está en mi hacerla esperar... dijo henchido de emoción el bardo.

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