Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Placer culposo

Ese placer culposo de escribir sin parar y dejar el corazón en cada letra, en cada palabra. 

Escribir a la vieja escuela; con tinta y papel, acompañado de la noche, el silencio y una copa de añejo whiskey, en este intento, pretendiendo ser poético, romántico, clásico o vintage... sin conseguirlo.

Rodeado de textos inconclusos, borrones y rayones por todas partes, literalmente empapelado, procurando dejar impreso fielmente mi sentir, mis pensamientos y sentimientos, ilusiones y fantasías, realidades y sueños rotos.

Ese placer culposo de escribir aunque no lo haga bien, desatar mis letras plasmando lo que esta noche viene a mi cabeza tan llena de grandiosas imágenes, pretendiendo ingenuamente ensamblar pensamientos exquisitos y puros, pero no es así, no es un fruto perfecto, pero fruto es.

A veces escribo algo ingenioso... a veces... muy pocas. Entonces sonrío satisfecho por ser capaz de conseguirlo.

Ese placer de escribir y escribir con tinta sobre papel, con mi vieja pluma fuente, escribir aun sin sentido ni dirección, sin pies ni cabeza, sin prisa pero sin pausa, deshebrando sueños e ilusiones, descubriendo mundos ocultos, pero escribir viviendo intensamente en mis letras... placenteras... culposas.

Postscrip: El whiskey sin hielos y en vaso old fashion... por si estaban con el pendiente.

No hay comentarios.: