Muerde mis labios
y quédate en ellos
como
los nombres del aire
en los labios del agua.
Tócame con la lengua
y arde cantando
como
la danza del fuego
en la piel de la tierra.
Enciendo con mis besos
tu flor labial del deseo
como
La mano del fuego
en tus jardines secretos.
Aire y agua, tierra y fuego:
puntos cardinales
del mapa amoroso del deseo.
Donde todo lo orienta y desorienta
su quinta esencia imantada,
a la vez maravilla,
duda y descubrimiento:
el asombro.
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