Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Sueño de verano

-Buenos días.
-Buenos días Señor, así que eres tú quien nos recibe.
-Siempre ha sido así, pero se tienen ideas erróneas que al final no son importantes.
-Nada es importante al final Padre.
-Solo lo que guarda tu alma hijo.
-Mi alma es lo único que conservo Señor, pero reconozco que muchas cosas no hice bien.
-Pero tu alma llega triste hijo mío.
-Tú conoces la razón.
-La conozco, también sé que aún cuando te sientes traicionado, defraudado, ignorado y despreciado, todos los días orabas por ella, además lo hacías varias veces durante el día.
-No sabía que todo eso sentía Padre, sin embargo ahora todo lo veo más claro y cobra sentido, el amor por ella me hacía orar, el amor que tu me enseñaste.
-Ella ha sido el amor más grande que has tenido.
-Al que me entregué con devoción absoluta, desprendiéndome de mí totalmente, entregando mi corazón, mi cuerpo y mi alma, aun sabiendo que no era correspondido.
-Yo tengo las respuestas, puedes preguntarme ahora.
-Gracias Señor, pero ya no es necesario, hubiera sido mejor que ella las contestara antes y no fue así. Ahora estoy bien aquí contigo. Solo te pido que la sigas cuidando, que se aleje de ella la amargura de la que no logra despojarse y que le des el amor que sane su alma, el que tanto anhela, lo reconozca y lo corresponda totalmente.
-¿Eso es todo? Algo más que desees antes de ser juzgado.
-Se que mi familia esta guardada por ti, siempre lo he sabido, de ello no tengo duda. Estoy a tu disposición Señor.
-Siempre defendiste el amor verdadero.
-El que tu me enseñaste.
-Con tus variaciones, muy tuyas pero bastante válidas.

La alarma sonó, tengo que esperar la decisión de mi Señor en otra ocasión... lo espero pronto.

No hay comentarios.: