Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Ya te había olvidado

Y de repente te había olvidado.
Ya no recordaba tu aroma.
Ya no recordaba tus besos.
Ya no recordaba el sonido de tu voz.
Ya no me dolías.
Ya no me desvelabas.
Ya no me atormentabas.
Ya eras pasado.
Ya te había olvidado.

Hasta que un día como cualquier otro, 
me pareció escuchar el sonido de tu voz,
y sin pensarlo saliste del olvido, 
recordé tu aroma, 
el sabor de tus besos, 
recordé por completo el tono de tu voz,
me empezaste a doler como antes, 
me volviste a desvelar 
y me atormentaste de nuevo…

Así descubrí que nunca se puede olvidar a quien se ama todavía.

No hay comentarios.: