Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Epitafio del enamorado

Si alguien quiere escribir mi biografía
no hay nada mas sencillo.
Dispone de dos fechas solamente:
la del día en que te conocí
y la del día que te fuiste.
Entre una y otra transcurrió mi vida.
Lo que ocurriera antes, lo olvidé.
Lo que suceda ya, carece de importancia.

La diferencia

Aunque malgastes, el tiempo sin mi cariño
y aunque no quieras, este amor que yo te ofrezco
y aunque no quieras, pronunciar mi humilde nombre
de cualquier modo, yo te seguiré queriendo.

Yo se que nunca, tú querrás jamás amarme
que a tu cariño, llegue demasiado tarde
no me desprecies, no es mi culpa, no seas mala
porque tú eres, de quien quiero enamorarme.

Que daño puedo hacerte con quererte
si no me quieres tú, yo lo comprendo
perfectamente sé, que no nací yo para ti
pero que puedo hacer, si ya te quiero.

Déjame vivir de esta manera
te quiero tal y cual sin condiciones
sin esperar que un día, tu me quieras como yo
consciente estoy mi amor, que nunca me querrás.

Tal vez mañana, yo despierte solo
pero por el momento, quiero estar soñando
no me despiertes tú, no ves que así yo soy feliz
consciente estoy mi amor, que no eres para mí.

No hay necesidad que me desprecies
tú ponte en mi lugar, a ver que harías
la diferencia, entre tú y yo, tal vez sería corazón
que yo en tu lugar... que yo en tu lugar...
si te amaría.

Amores

Hay amores que no llegan a historia, esos se pierden y desaparecen en el olvido.
Hay amores que se quedan en la mente y viven como recuerdo.
Hay en cambio otros amores, muy pocos, que se incrustan además en la piel y reviven con un beso o una caricia.
Pero hay un amor, que no todos alcanzan, que se mete en el alma y sin importar lo que pase, vive contigo y te acompaña para siempre.

La morena

Hace días que no cantaba 
Porque gusto no tenía 
Cuando de ti me acordaba 
Ni el comer me apetecía 
Porque se me revelaba 
Tu belleza vida mía. 

En una carta de oblea 
Te mandé decir mi madre 
Te escribo para que veas 
Que mis cartas son legales
Ya llegó quien te desea
Negrita felicidades. 

Yo enamoré una morena 
Que era todo mi querer 
Se me sentaba en las piernas 
Y me empezaba a morder 
Todavía tengo señas
Si quieren, vengan a ver.

Sal de tu casa una vara 
Siquiera por un momento 
Que te quiero ver la cara 
Y decirte lo que siento 
Porque un papel no declara 
Todito mi sentimiento. 

Estando yo recostado 
En el medio de la arena 
Sale un pescado y me dice 
No siembres en tierra ajena 
Porque te ha de costar caro 
El amar a una morena. 

Morena color de olivo 
Si te llego a conseguir 
Y te llegas a ir conmigo 
Yo padecer por ti. 

Aunque me sepulten vivo.
En las alturas del mar 
Por ti vivo distraído 
Morena si tú me quieres 
Yo no te echaré al olvido 
Porque yo de las mujeres 
Vivo muy agradecido.

Una morena me dijo 
Que la llevará a Jamapa 
Y yo le dije morena 
Mejor te llevo a Xalapa 
Allá te compro gardenias 
Y tus aretes de plata. 

El que ama a una morena 
Le ha tocado buena suerte 
Nada en el mundo le apena 
Ni se acuerda de la muerte.

Quién de amor no tiene pena 
No se puede imaginar 
Cuánto sufre la sirena 
Que tiene prohibido amar 
Purgando así una condena. 

Cuando escucho la morena 
Me dan ganas de llorar 
Me recuerda la sirena 
Que la canta por la mar. 

Adiós te dice quien te ama 
Mira lo lejos que va 
Asómate a la ventana 
Y clarito lo verás
Cómo te dice adiós mi alma 
Cómo estás, cómo te va. 

Adiós porque ya me voy 
Y de esta tierra me ausento 
Me voy porque tengo gusto 
No por aborrecimiento. 

Ya me voy de retirada 
Llorando pa’ mis terrenos 
Adiós jardín de las flores 
Adiós ojitos trigueños 
Ya me voy, hasta mañana 
Hasta cuando nos vemos. 

Estribillo

Adiós mi morena 
y adiós mi morena 
y vuelvo a decir morena
y otra vuelta mi morena
Adiós, Adiós morena mia.

Ay morena, morena mia
en un pozo muy profundo
en un pozo muy profundo
Yo vi un caracol nadando
y yo como me confundo
en lo que a mi me esta pasando
una mujer de este mundo 
la vida me esta faltando

Bebo

Bebo el agua sagrada de tu boca, 
sin límites ni horizontes, 
sin norte ni sur.

Sólo un oasis,
del placer divino
de beber tu cuerpo.

LADYHAWK / ADAGIO

Erase una vez en el ya lejano reino de Aquila, una pareja de enamorados. Ella era de una belleza como jamás se había visto sobre la faz de la Tierra; él, un aguerrido y valeroso capitán de la guardia del reino. Su amor era tal, que un malvado y envidioso obispo no podía soportar verlo, pues era él quien anhelaba tener entre sus brazos a la bella dama. Viendo que semejante sueño se tornaba imposible con el paso de los días, no tuvo mejor ocurrencia que separar a los amantes con una terrible maldición, hecha con la peor de las magias negras… Dicha maldición consistiría en mantener transformado al capitán con el cuerpo de un inmenso lobo durante toda la noche, mientras que ella, al alba y con el primer rayo de Sol y durante todo el día, sería un hermoso halcón surcando los cielos. Habían sido, pues, condenados. Ya no lograrían verse en su forma humana, nunca más.

Siempre juntos, eternamente separados.

De mí para ti

Te regalo un “te amo”,
úsalo como quieras: guárdalo,
díselo a otra persona,
vívelo,
mátame con el silencio de no contestarlo.

Siéntelo,
incomódate con él, no sé,
hazle lo que tengas que hacer,
pero a mí libérame de este veneno
de amor que consume mi ser.

Olvídalo, mátalo,
sumérgelo en el fondo
del océano,
piérdelo,
ven y tíramelo en el rostro.

Búrlate de él si es necesario,
de lágrimas llénalo
cuando te plazca,
trágalo a bocanadas
en el suelo contémplalo.

O si amarme sientes
sólo bésalo
mil veces
hasta que encuentres
en él mi suspiro.

Regocíjate con él a carcajadas,
extráñalo mil veces,
de lugar cámbialo, y búscame
cuando te desesperes por mí en las madrugadas.

Cielo vivo

Yo no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba.
Cerca de las piedras sin jugo y los insectos vacíos
no veré el duelo del sol con las criaturas en carne viva.

Pero me iré al primer paisaje 
de choques, líquidos y rumores 
que trasmina a niño recién nacido 
y donde toda superficie es evitada,
para entender que lo que busco tendrá su blanco de alegría
cuando yo vuele mezclado con el amor y las arenas.

Allí no llega la escarcha de los ojos apagados 
ni el mugido del árbol asesinado por la oruga.
Allí todas las formas guardan entrelazadas 
una sola expresión frenética de avance.

No puedes avanzar por los enjambres de corolas 
porque el aire disuelve tus dientes de azúcar, 
ni puedes acariciar la fugaz hoja del helecho 
sin sentir el asombro definitivo del marfil.

Allí bajo las raíces y en la médula del aire, 
se comprende la verdad de las cosas equivocadas.
El nadador de níquel que acecha la onda más fina 
y el rebaño de vacas nocturnas con rojas patitas de mujer.

Yo no podré quejarme 
si no encontré lo que buscaba;
pero me iré al primer paisaje de humedades y latidos 
para entender que lo que busco tendrá su blanco de alegría
cuando yo vuele mezclado con el amor y las arenas.

Vuelo fresco de siempre sobre lechos vacíos,
sobre grupos de brisas y barcos encallados.
Tropiezo vacilante por la dura eternidad fija 
y amor al fin sin alba. Amor. ¡Amor visible!

Al oído de una muchacha

No quise.
No quise decirte nada. 

Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de oro. 

Se meneaban.
No quise. 

No quise decirte nada

Lágrimas negras

Aunque tú me has hechado en el abandono 
aunque tú has muerto todas mis ilusiones 
Y en vez de maldecirte con gusto encono 
en mis sueños te colmo 
en mis sueños te colmo de bendiciones 

Sufro la inmesa pena de tu extravío 
siento el dolor profundo de tu partida 
Y lloro sin que sepas que el llanto mío 
Tiene lágrimas negras 
Tiene lágrimas negras como mi vida 

Tú me quieres dejar yo no quiero sufrir 
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir 
Ay tú me quieres dejar yo no quiero sufrir 
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir 

Un jardinero de amor siembra una flor y se va 
otro viene y la cultiva de cuál de los dos será 
Ay tú me quieres dejar yo no quiero sufrir
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir 

Amada prenda querida no puedo vivir sin verte 
porque mi fin es quererte y amarte toda la vida 
Ay tú me quieres dejar yo no quiero sufrir 
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir 

Yo te lo digo mi amor te lo repito otra vez 
contigo me voy mi santa porque contigo moriré
Ay tú me quieres dejar yo no quiero sufrir 
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir 

Tú me quieres dejar yo no quiero sufrir 
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir 
Yo te lo digo mi amor que contigo moriré 
contigo me voy mi santa te lo repito otra vez 
Ay tú me quieres dejar yo no quiero sufrir 
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir

Autor: Miguel Matamoros

A TI, ÚNICA

(Quinteto de la luna y del mar)

PIANO

Un poco de cielo y un poco de lago
donde pesca estrellas el grácil bambú,
y al fondo del parque, como íntimo halago,
la noche que mira como miras tú.

Florece en los lirios de tu poesía
la cándida luna que sale del mar,
y en flébil delirio de azul melodía,
te infunde una vaga congoja de amar.

Los dulces suspiros que tu alma perfuman
te dan, como a ella, celeste ascensión.
La noche.... tus ojos.... un poco de Schuman...
y mis manos llenas de tu corazón.

PRIMER VIOLÍN

Largamente, hasta tu pie
se azula el mar ya desierto,
y la luna es de oro muerto
en la tarde rosa té.

Al soslayo de la luna
recio el gigante trabaja,
susurrándote en voz baja
los ensueños de la luna.

Y en lenta palpitación,
más grave ya con la sombra,
viene a tenderte de alfombra
su melena de león.

SEGUNDO VIOLÍN

La luna te desampara
y hunde en el confín remoto
su punto de huevo roto
que vierte en el mar su clara.

Medianoche van a dar,
y al gemido de la ola,
te angustias, trémula y sola,
entre mi alma y el mar.

CONTRABAJO

Dulce luna del mar que alargas la hora
de los sueños de amor; plácida perla
que el corazón en lágrima atesora
y no quiere llorar por no perderla.

Así el fiel corazón se queda grave,
y por eso el amor, áspero o blando,
trae un deseo de llorar, tan suave,
que sólo amarás bien si amas llorando.

VIOLONCELO

Divina calma del mar
donde la luna dilata
largo reguero de plata
que induce a peregrinar.

En la pureza infinita
en que se ha abismado el cielo,
un ilusorio pañuelo
tus adioses solicita.

Y ante la excelsa quietud,
cuando en mis brazos te estrecho
es tu alma, sobre mi pecho,
melancólico laúd.

TUS LABIOS SON DOS PALABRAS

Las palabras
que te nombran
son más lentas
que la huella
del pellizco
o la mordida,
menos hondas
que la fuerza
de tus manos
sosteniéndote
de mi hombro
o de mi nuca,
apropiándose mi sexo,
acariciándolo.

Menos profundas
y agudas,
ciertamente,
que tu mirada
y que tus caricias.
Que tus huellas digitales
que me cubren.
Y son tan rudimentarias
las palabras como yo
mal descifrando atento,
en cada instante de tu cuerpo,
el bronco río cambiante
de tus deseos.

Las palabras
van llegando
a su ritmo,
tan pausado,
como la sangre
va entrando
en tus labios
vaginales,
dándoles esa plenitud
tan suave
que incita finalmente
a las palabras,
y les dicen
al vuelo:

Mariposa de carne,
orquídea apetecible,
alas de hada en brama,
halo almendrado de una santa hambrienta,
carnada de la más bella devoradora,
aura clara de una diosa oscura,
pliegue y pliegue abriéndose renacidos,
súbita mandorla de mis epifanías,
doble horizonte de mis navegaciones,
doble atardecer encendido,
doble doblez de mis mejores sueños,
extravagante duplicidad irrepetible,
sonriente amiga doble de mi lengua,
dos hojas libres de otoño aún en primavera,
guardianes dóciles y movedizos,
húmedos sacerdotes del jardín del gran goce,
texturas que orientan mis dedos de ciego,
nubes breves antes de la tormenta,
pan y pan saliendo del horno,
espejo deformado,
doble escalera al botón de sobresaltos,
puerta anhelada a mi underworld de maravillas:
donde Suave (a la izquierda) y Sabrosa (a la derecha)
vienen cada día a entregarme, divertidas,
tu embrujada invitación a enamorarme.

Pero tus labios vaginales
son también palabras
de otra lengua:
son ágiles, veloces,
gozosas, subversivas,
bellas y terribles,
espontáneas
y sinceras,
apetecibles
y comelonas,
graciosas
y siempre
a la expectativa,
dos que interpelan
y describen,
revelan
y protegen,
dos palabras elementales
y asombrosas
de fuego y aire,
de tierra y agua,
en tu boca vertical
y luego en la mía,
por ellas
irrevocablemente
poseída.

Sueño de verano

-Buenos días.
-Buenos días Señor, así que eres tú quien nos recibe.
-Siempre ha sido así, pero se tienen ideas erróneas que al final no son importantes.
-Nada es importante al final Padre.
-Solo lo que guarda tu alma hijo.
-Mi alma es lo único que conservo Señor, pero reconozco que muchas cosas no hice bien.
-Pero tu alma llega triste hijo mío.
-Tú conoces la razón.
-La conozco, también sé que aún cuando te sientes traicionado, defraudado, ignorado y despreciado, todos los días orabas por ella, además lo hacías varias veces durante el día.
-No sabía que todo eso sentía Padre, sin embargo ahora todo lo veo más claro y cobra sentido, el amor por ella me hacía orar, el amor que tu me enseñaste.
-Ella ha sido el amor más grande que has tenido.
-Al que me entregué con devoción absoluta, desprendiéndome de mí totalmente, entregando mi corazón, mi cuerpo y mi alma, aun sabiendo que no era correspondido.
-Yo tengo las respuestas, puedes preguntarme ahora.
-Gracias Señor, pero ya no es necesario, hubiera sido mejor que ella las contestara antes y no fue así. Ahora estoy bien aquí contigo. Solo te pido que la sigas cuidando, que se aleje de ella la amargura de la que no logra despojarse y que le des el amor que sane su alma, el que tanto anhela, lo reconozca y lo corresponda totalmente.
-¿Eso es todo? Algo más que desees antes de ser juzgado.
-Se que mi familia esta guardada por ti, siempre lo he sabido, de ello no tengo duda. Estoy a tu disposición Señor.
-Siempre defendiste el amor verdadero.
-El que tu me enseñaste.
-Con tus variaciones, muy tuyas pero bastante válidas.

La alarma sonó, tengo que esperar la decisión de mi Señor en otra ocasión... lo espero pronto.

Toco minuciosamente tu espalda

Toco minuciosamente tu espalda
desde adentro. 
Tu obscuridad 
es la luz de mi sexo:
das sentido,
orientación,
a esta vida.
Antes, tu espalda me condujo
a la pendiente más pronunciada
de tu cuerpo.
Tu plenitud me llena.
Sostengo tus nalgas
con mis diez dedos separados
abriendo un poco más,
con terca suavidad,
lo que ya estaba en ti muy abierto,
y entro muy lentamente
con mi sonrisa
erecta, palpitante, ciega.
Ahí eres mi convulso universo 
mi obscuro paraíso táctil,
mi búsqueda de ver dentro de ti
esta revelación extrema,
mi respiración intermitente,
saber y luego no saber
lo que es entrar en trance,
como la luna cada mes
hacia su esfera,
clara u obscura.
Pero mi ciclo lunar en ti,
siempre creciente, culmina
en el sol de tu sonrisa.
Toco tu espalda desde adentro
y tu obscuridad me ilumina.

CARTOGRAFÍA DEL DESEO * La canción de El quinteto de Mogador

Muerde mis labios
y quédate en ellos
           como
los nombres del aire
en los labios del agua.

Tócame con la lengua
y arde cantando
          como
la danza del fuego
en la piel de la tierra.

Enciendo con mis besos
tu flor labial del deseo
          como 
La mano del fuego 
en tus jardines secretos.

Aire y agua, tierra y fuego:
puntos cardinales
del mapa amoroso del deseo.

Donde todo lo orienta y desorienta
su quinta esencia imantada,
a la vez maravilla,
duda y descubrimiento: 
el asombro.

Sueños

Cae la noche y lentamente se van los últimos rayos del sol.

Los demonios de la jornada se adormecen y se van.

Es tiempo de soñar y los sueños llegan en caravana, especialmente los sueños de amor.

Esos son los sueños que prefiero, esos son los sueños que me gustan, porque son perfectos, sublimes y etéreos.

Me recuesto y cierro mis ojos  y poco a poco la penumbra se vuelve claridad. Llega ella a mi sueño y me acompaña toda la noche hasta la madrugada, cuando llegan los primeros rayos del día.

Triste certeza

Él sabía que si se marchaba ella nunca lo buscaría, pues su amor por él no era tan grande, tal vez ni era amor.

Así que se marchó para proteger ese bello sentimiento que él tenía... ella ni siquiera notó su partida.

Micro historia de amor

¡Y se despidió gritándole un "Te amo" frente a todos!

Dígale

No ha podido olvidar mi corazón 
aquellos ojos tristes 
soñadores que yo amé. 

La dejé por conquistar una ilusión 
y perdí su rastro 
y ahora sé que es ella 
todo lo que yo buscaba. 

Y ahora estoy aquí 
buscándola de nuevo y ya no está 
se fue. 

Tal vez usted la ha visto 
dígale... 
que yo siempre la adoré 
y que nunca la olvidé 
que mi vida es un desierto 
y muero yo de sed. 

Y dígale también, 
que sólo junto a ella puedo respirar. 

No hay brillo en las estrellas 
ya ni el sol me calienta... 
y estoy muy solo aquí 
no sé a dónde fue 
por favor dígale usted. 

Fueron tantos los momentos que la amé 
que siento sus caricias 
y su olor está en mi piel 
cada noche la abrazaba junto a mí 
la cubría de besos 
y entre mil caricias 
la llevaba a la locura. 

Y ahora estoy aquí 
buscándola de nuevo y ya no está 
se fue. 

Tal vez usted la ha visto 
dígale... 
que yo siempre la adoré 
y que nunca la olvidé 
que mi vida es un desierto 
y muero yo de sed. 

Dígale también 
que sólo junto a ella puedo respirar 
no hay brillo en las estrellas 
ya ni el sol me calienta... 
y estoy muy solo aquí 
no sé que donde fue 
por favor dígale usted 
dígale.

Canta: David Bisbal

Desde aquel día

Yo no he vuelto a encontrarla jamás 
desde aquel día 
de su vida no se que será 
desde aquel día 
es posible que tenga otro amor 
una nueva ilusión 
o quizas llorará
o quizas llorará 
o quizas llorará 
desde aquel día 

Sus palabras de amor dónde irán 
desde aquel día 
y de noche con quien soñará 
desde aquel día 
es posible que esté como yo 
recordando mi amor 
sin poderme olvidar 
sin poderme olvidar 
sin poderme olvidar 
desde aquel día 

Ninguno de los dos hacemos nada por volver 
y no nos vemos 
y no nos vemos 
desde aquel día 

ninguno de los dos recordaremos el ayer 
y nos queremos 
y nos queremos 
desde aquel día 
desde aquel día 

ninguno de los dos perdonaremos el ayer 
y nos queremos 
y nos queremos 
desde aquel día 
desde aquel día 
desde aquel día


Canta: Raphael

HAY AMOR

Cuando hay poesía en el aire que rodea un cuerpo
Y existe una voz dulce que susurra un sentimiento.
Cuando se derrama una lágrima sentida,
Que luego es llevada por el viento.
Cuando la mano dura del tiempo

Une aún más el pensamiento.
Cuando la alegría invade nuestro seno
Y nos da alas, para salir y llegar a tiempo,
Para volar y penetrar en los más excéntricos sueños
Pero por sobre todas las cosas,
Cuando hay ganas de vivir y seguir creciendo.

It's All In The Game

Many a tear has to fall
But it's all in the game
All in the wonderful game
That we know as love

You have words with him
And your future's looking dim
But these things
Your hearts can rise above

Once in a while he won't call
But it's all in the game
Soon he'll be there at your side
With a sweet bouquet

And he'll kiss your lips
And caress your waiting fingertips
And your hearts will fly away

Soon he'll be there at your side
With a sweet bouquet
Then he'll kiss your lips
And caress your waiting fingertips
And your hearts will fly away

Canta: Tommy Edwards (Carl Sigman and Charles Gates Dawes)
La canción cuando nací

Me hace falta un beso

Me hace falta un beso que me quite el aliento y acaricie mi alma.
Me hace falta un beso tierno, cálido y amoroso... pero también apasionado y fogoso.
Me hace falta un beso que exacerbe mis sentidos y me eleve hasta tocar el cielo.
Me hace falta un beso que me incite y que me excite, que logre estremecerme.
Me hace falta un beso que me quite el vacío, que me llene de ti.
Me hace falta la caricia de tus labios en los míos y el sabor de tu boca en la mía.
Me hace falta sentirte toda a través de un solo beso y sentir tus latidos sincronizados con los míos.
Me hace falta un beso... un beso tuyo.

No se olvidar

Yo no sé por qué 
no puedo olvidar lo que fue 
no se resignarme a no volverte a ver 
ya lo vez te amé con cada rincón de mi ser 
te di lo mejor de mi vida mis sueños y mi fe 

Y yo no sé olvidar como lo hiciste tú 
te has quedado clavada en mi pecho 
como si fuera ayer 
no sé cómo arrancar tus besos de mi piel 
eres tu mi obsesión mi tormento 
y nada puedo hacer 
yo daría hasta la vida por verte otra vez 

Yo no sé tal vez llevarte por dentro será 
la forma de hallarle paz a mi soledad 
ya lo vez quizás amar sin medir fue un error 
pero es imposible lograr que entienda el corazón 

Y yo no sé olvidar como lo hiciste tú 
te has quedado clavada en mi pecho 
como si fuera ayer 
no sé cómo arrancar tus besos de mi piel 
eres tu mi obsesión mi tormento 
y nada puedo hacer 
yo daría hasta la vida por verte otra vez 

Canta: Alejandro Fernández