Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

El viejo

Con la mirada triste, el paso lento y el alma cansada, el viejo camina por sus últimos días.

Viaja cargado de recuerdos, de nostalgias y añoranzas, lleno de memorias y también lleno de olvidos.

Ahora disfruta más que nunca su vida, lo que queda, como bono de una misión cumplida.

Ya nada le perturba, ya nada le molesta, todo lo disfruta, vive intensamente.

Con la mirada triste, el paso lento y el alma cansada... pero plena,  vive sus últimos días alimentando el amor que aun siente por ella.

Análisis de una situación doméstica

Como si no supieras que la noche
toca ya en los antiguos ventanales,
como ignorando al astro que destruye
las risas de la tarde,
suavemente
persistes en la feliz tarea
de remendar las cosas, ocultar deterioros
y presentar las almas de la casa
"rotitas, pero limpia", preparadas
para la prueba de los buenos días.
Tejes el entramado de este clima
donde crecen los seres. Nunca notas
que esta bella y terrible serpiente de las horas
se va enroscando al fondo del pasillo. 
Me dices con razón que es más bien bella
(nuestro miedo está al fondo del segundo adjetivo).
Pasan los días, se cierran los caminos
y nuestra condición construye puentes.
Corre el río, la tarde se diluye,
el crepúsculo invade las ventanas,
los bellos adjetivos reconstruyen
los cambios de la luz, se multiplican
los signos de la paz y tú sonríes
—esa sonrisa nos levanta el alma—
cuando la tarde oculta sus miradas.
Y como nada pasa, izamos velas
para cruzar el golfo de la noche.

Aroma de mujer

Aroma de mujer que invita, incita y eriza la piel,
que nos eleva y hace soñar,
que crea fantasías y anhela realidades.

Aroma de mujer que envuelve, se adhiere y acompaña,
que acaricia y penetra la piel,
que llega hasta el alma.

Aroma de mujer irresistible y profano
que nos hace tocar el cielo,
y también perder la razón.

Aroma de mujer hecha, completa,
madura, segura,
independiente y autosuficiente.

Aroma de mujer que este día me acompaña...

Heces

Esta tarde llueve, como nunca; y no
tengo ganas de vivir, corazón.

Esta tarde es dulce.  ¿Por qué no ha de ser?
Viste de gracia y pena; viste de mujer.

Esta tarde en Lima llueve. Y yo recuerdo
las cavernas crueles de mi ingratitud;
mi bloque de hielo sobre su amapola,
más fuerte que su "¡No seas así!"

Mis violentas flores negras; y la bárbara
y enorme pedrada; y el trecho glacial.
Y pondrá el silencio de su dignidad
con óleos quemantes el punto final.

Por eso esta tarde, como nunca, voy
con este búho, con este corazón.

Y otras pasan; y viéndome tan triste,
toman un poquito de ti
en la abrupta arruga de mi hondo dolor.

Esta tarde llueve, llueve mucho. ¡Y no
tengo ganas de vivir, corazón!

Deshojación sagrada

¡Luna! Corona de una testa inmensa,
que te vas deshojando en sombras gualdas
Roja corona de un Jesús que piensa
trágicamente dulce de esmeraldas.

¡Luna! Alocado corazón celeste
¿por qué bogas así, dentro de copa
llena de vino azul, hacia el oeste,
cual derrotada y dolorida popa?

¡Luna! Y a fuerza de volar en vano,
te holocaustas en ópalos dispersos:
tú eres tal vez mi corazón gitano
que vaga en el azul llorando versos...

Me quedo con la lluvia

De todas la cosas que he amado;
El olor a tierra mojada
El ponche de mi abuela
El olor de mi primaria
Las palomitas en el cine
Una tarde de toros
La brisa del mar
Las olas por la noche
Una noche de luna llena
El cielo estrellado
El aroma del café
El viento sobre mi rostro
El camino en el bosque
El sonido del arroyo
El canto de los grillos
El amanecer
El crepúsculo
El eucalipto
El olor de la obra en construcción
El Popocatepetl
La canela
La vainilla
El chocolate
La guitarra mexicana
La marimba
El otoño
Tantas otras cosas más
De todas la cosas que he amado... 
Me quedo con la lluvia.

El Camino de las Lágrimas

Soñamos que vivimos un amor eterno y un día nos despertamos frente a una realidad:
Ya no nos aman... ¿Por qué?
Amar también implica correr riesgo, y cuando se ama en verdad se sufre, y como nos cuesta soltar aquello que amamos...
Dejar ir, soltar, esa es la clave y no es fácil porque duele.
Seguir llorando aquello que no tengo me impide disfrutar esto que tengo ahora.
Aprender a enfrentarse con el tema de la pérdida es aceptar vivir el duelo, saber que aquello que era es aquello que era y que ya no es más o por lo menos que ya no es lo mismo que era.
De hecho nunca es lo mismo.
Cuando yo me doy cuenta de que algo ha muerto, de que algo está terminado, ese es un buen momento para soltar. Cuando ya no sirve, cuando ya no cumple, cuando ya no es, es tiempo de soltar.
Lo que seguro no voy hacer, si te amo de verdad, es querer retenerte. Lo que seguro no voy a hacer es tratar de engancharte, si es verdad que te amo.
Te amo a ti... 
¿O amo la comodidad de que estés al lado mío?
¿Estoy relacionado contigo, individuo o persona?, 
¿O estoy relacionado con mi idea de que ya te encontré y no quiero salir a buscar a más nadie?
No te atrapo, no te agarro, no te aferro, no te aprisiono.
Y no te dejo ir porque no me importes,
"te dejo ir porque me importas."

SIN QUERER SABER

Y si es cierto que has dejado de quererme
yo te pido,
por favor,
¡no me lo digas!

Necesito hoy
y todavía
navegar
inocente en tus mentiras...

Dormiré sonriendo
y muy tranquilo.
Me despertare
muy temprano por la mañana.

Y volveré a hacerme a la mar,
te lo prometo...

Pero esta vez,
sin atisbo de protesta o resistencia,
naufragaré por voluntad y sin reservas
en la profunda inmensidad de tu abandono...

SUEÑO Y ENCUENTRO

Transcurrían los  meses y la princesa gozaba de muy buena salud pero en estos últimos días algo le pasaba, se encontraba indispuesta y nostálgica, en ese estado le gustaba ir al bosque de la melancolía donde podía aislarse, dejar de pensar y de sentir. Con un hermoso  vestido blanco, ya dispuesta a ingresar al bosque de la melancolía, le llegó a la mente el recuerdo de algunas palabras que alguna vez le dijera un caballero:

"En el Bosque de la Melancolía habitan todos los seres malignos del universo, algunos se hacen pasar por seres bondadosos que solo ganan la confianza de los quienes que llegan hasta la profundidad, para que con el pretexto de mostrarles las salidas, los lleven hasta un laberinto interior de donde nadie puede salir…” “La gran diferencia entre el Bosque Encantado y el Bosque de la melancolía, es que el primero está lleno de magia, fantasía, alegría, bondad, nobleza pero sobre todo, luz y amor. El segundo se encuentra pleno de hechizos, oscuridad, brujerías, demonios, maldad, tristeza sin límites y en ese lugar nunca habitará el amor.”

Aunque sabía que jamás podría dejar  de ir a ese lugar,  esta vez decidió dar un paseo por el bosque encantado, con  el extraño presentimiento de que iba al encuentro de algo para ella desconocido. Comenzó su recorrido pasando por la orilla del lago, vio a la hermosa pareja de cisnes blancos que danzaban como si tuviesen sus cuellos  entre lazados, suspiro al ver tan tierna escena de amor. 

Continúo su camino iluminado por la luna, adentrándose a la profundidad del bosque. El roce de unas hojas secas, que sintió a sus espaldas, le llevó a experimentar la sensación de que no estaba sola y no tuvo temor alguno, pues sabía que en secreto el dragón siempre o casi siempre la seguía  para protegerla y cuidarla, pues ella nunca lo devolvió a su dueño.

Después de recorrer un largo trecho sin rumbo definido, se encontró de repente en un claro del bosque que nunca antes en sus frecuentes paseos había visto. Un extraño resplandor daba un brillo inusitado al paraje y una paz interior inundó el espíritu de la princesa que se detuvo para sentarse al costado de un frondoso árbol, a contemplar extasiada la belleza del paisaje que la noche le brindaba… Mientras tanto, el viento enredaba aún más sus cabellos, la luna la acariciaba con su luz y un ruiseñor la arrullaba.

Sus pensamientos volaron a lejanas tierras invadiéndola un vaivén de nostalgia, así permaneció tratando de prolongar las horas con el recuerdo hasta que sus ojos se cerraron en un sublime sueño que era como el despertar de los sentidos, en busca de esos besos y caricias que sólo un caballero podía deslizar por su piel.


Ya casi amaneciendo, sintió un susurro que la hizo despertar. Confundida lentamente se giró apoyándose en la mano y su mirada quedó prendida en la insondable expresión que se reflejaba en los ojos de un hermoso y grácil unicornio blanco que había velado su sueño. Emocionada, comprendió que éste era un encuentro inesperado… 

La hora más oscura y silenciosa.

En la hora más oscura y silenciosa de la noche, camino descalzo sobre el piso de vieja madera, que cruje en cada paso acompañando mis pensamientos.

"Un hombre vale más que sus palabras y una mujer vale más que su imagen"

Afortunada cita que me encontró en un lugar inesperado, pero siempre posible, uno de mis lugares favoritos; el cine.

Ahora pienso en el cine, ese séptimo arte que ha formado parte importante en mi vida y que me ha acompañado desde mi infancia. Tantas películas, tantos maravillosos y fantásticos recuerdos, pero en esta hora oscura y silenciosa, viene a mi mente una trilogía, filmada a lo largo de 20 años, en donde el amor perdura a través del tiempo y la distancia.

La madera cruje mientras camino, cuando súbitamente aparece de entre las sombras una imagen añorada, primero un cuerpo etéreo, y poco a poco un rostro con facciones mejor definidas y a cada instante más claras, me sonríe y extiende sus brazos hacia mi, le sonrío y extiendo mis brazos hacia ella, en un anhelado abrazo que entrecorta el aliento y acelera el corazón.

Ella está conmigo en la hora más oscura y silenciosa de la noche, nos escapamos por el aire y el piso de vieja madera deja de crujir.

Quiero

Quiero que me oigas, sin juzgarme. 
Quiero que opines, sin aconsejarme. 
Quiero que confíes en mí, sin exigirme. 
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mí Quiero que me cuides, sin anularme. 
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mí. 
Quiero que me abraces, sin asfixiarme. 
Quiero que me animes, sin empujarme. 
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mí. 
Quiero que me protejas, sin mentiras. 
Quiero que te acerques, sin invadirme. 
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten, que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy,  hoy podés contar conmigo.  
Sin condiciones.

Carta de un padre a su hija

Antes de morir hija mía, quisiera estar seguro de haberte enseñado...
A disfrutar del amor,
a confiar en tu fuerza,
a enfrentar tus miedos,
a entusiasmarte con la vida,
a pedir ayuda cuando la necesites,
a permitir que te consuelen cuando sufres,
a tomar tus propias decisiones,
a hacer valer tus elecciones,
a ser amiga de ti misma,
a no tenerle miedo al ridículo,
a darte cuenta de que mereces ser querida,
a hablar a los demás amorosamente,
a decir o callar según tu conveniencia,
a quedarte con el crédito por tus logros,
a amar y cuidar la pequeña niña que hay en tí,
a superar la adicción a la aprobación de los demás,
a no absorber las responsabilidades de todos,
a ser consciente de tus sentimientos y actuar en consecuencia,
a no perseguir el aplauso sino tu satisfacción con lo hecho,
a dar porque quieres, nunca porque lo creas tu obligación,
a exigir que se te pague adecuadamente por tu trabajo,
a aceptar tus limitaciones y tu vulnerabilidad sin enojo,
a no imponer tu criterio ni permitir que te impongan el de otros,
a decir que sí, sólo cuando quieras y decir que no sin culpa,
a vivir en el presente y no tener expectativas,
a tomar más riesgos,
a aceptar el cambio y revisar tus creencias,
a trabajar para sanar tus heridas viejas y actuales,
a tratar y exigir ser tratada con respeto,
a llenar primero tu copa y justo después la de los demás,
a planear para el futuro pero no vivir en él,
a valorar tu intuición,
a celebrar las diferencias entre los sexos,
a desarrollar las relaciones sanas y de apoyo mutuo,
a hacer de la comprensión y el perdón tus prioridades,
a aceptarte como eres,
a no mirar atrás para ver quien te sigue,
a crecer aprendiendo de los desencuentros y de los fracasos,
a permitirte reír a carcajadas por la calle sin ninguna razón,
a no idolatrar a nadie, y a mí... menos que a nadie.

SIGNIFICADOS

Desde hace algún tiempo “Nada era lo mismo en el Bosque Encantado” los seres que lo habitaban ya no estaban, fueron sustituidos por otros por órdenes de la princesa. Sin embargo, fue hoy que le invadió  la  curiosidad por saber el significado de cada uno de esos nuevos seres, así que con premura pero sin perder de vista  la belleza del bosque, se dirigió a una pequeña choza habitada por una hechicera.

Al llegar se abrió la puerta, la princesa entró y sólo podía escuchar una voz que le decía: -Reconozco esa expresión algo altiva… no me molesta tu curiosidad, pregunta lo que quieras.

La princesa con asombro - Acabas de…?.
Leerte la mente, -respondió la hechicera.
La princesa encogió los hombros y regreso a la puerta, de pronto la hechicera apareció: -Por qué huyes? A qué le temes? Siéntate, es importante que sepas lo que tú  misma ordenas al escribir, y continuó:  

Las Dalias rojas y moradas: Esta planta es originaria de México y cuenta con características como ser herbácea y perenne. En relación al significado de las dalias, las flores de estas plantas representan la pasión y el impulso. En el significado más profundo de esta planta se encuentran el desorden y la inestabilidad. Es también el símbolo de un compromiso y vínculo que dura para siempre. 

El cisne es uno de los animales que elige una sola pareja para toda la vida hasta el día que fallece. Incluso a pesar de migrar y distanciarse, pasa el tiempo y vuelven a encontrarse sin que aparezca otro cisne entre ellos. También representa la gracia y la nobleza de corazón.  El Cisne nos recuerda que el Amor es la Naturaleza del Alma.

El Ruiseñor es un pájaro de plumaje rojizo y canto muy melodioso. El ruiseñor canta hasta bien entrada la noche, lo hacen siempre para aparearse, y se vuelven a encontrar con la misma pareja de siempre en el lugar acordado, su naturaleza fiel y su espíritu familiar y romántico es un ejemplo a seguir. Está asociado con la añoranza, el amor y la muerte.

El Unicornio Se caracteriza por ser criaturas hermosas, sabias, majestuosas, solitarias, esquivas e indomables. Viven apartados del resto de los animales y son respetados por la demás fauna cual dioses. Es un ser independiente y solitario que permite pocos contactos. Solamente se muestra ante doncellas de corazón puro, generalmente humanas o elfas. Una vez que el unicornio permite ser tocado se convierte en una montura tan leal que protegerá a su jinete incluso con su propia vida.

La hechicera desapareció y la princesa quedó ensimismada…

Cuando tú y yo nos encontremos...

Cuando tú y yo nos encontremos
seremos dos mundos que se encuentran,
seremos dos universos en contacto.
Tú, un universo con centro de ti.
y yo, un universo con centro en mí.
¡sera maravilloso!
no lo dudes,
cuando tu y yo nos encontremos...

Obstáculos

Voy andando por un sendero.  Dejo que mis pies me lleven.

Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras...

En el horizonte se recorta la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.

Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esa ciudad puedo encontrar todo lo que deseo: todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esa ciudad. 

Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos...

Me imagino que todo eso está en esa ciudad. 
  
Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa.

Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide el paso. Temo... dudo.

Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. 

De todas maneras decido saltar la zanja; retrocedo, tomo impulso y salto. Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.

Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. 

Corro hacia la ciudad; el camino parece despejado. 

Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo.

Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos…
Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo… y resisto.

Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses... El puente está hecho.

Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado… descubro el muro. Un gigantesco muro, frío y húmedo, rodea la ciudad de mis sueños.

Me siento abatido. Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca… 

No dejaré que el muro impida mi paso.

Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire. 

De pronto veo, a un costado del camino, a un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.

Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.

Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: "¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?"

El niño se encoge de hombros y me contesta: "¿Por qué me lo preguntas a mí? Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... ¡Los obstáculos los trajiste tú!"

Para soñar

Desperté pensando que había amanecido, pero no era cierto. Son las 2:15 am y siento que he dormido bien, demasiado tal vez.

Tal vez debido a ese mal congénito que en ocasiones me acecha y me derriba, tal vez es que siento una gran paz o un gran vacío, a ciencia cierta no lo sé, pero insomnio no es.

En otras ocasiones hubiera encendido un cigarrillo y preparado una taza de café, pero ya no fumo, hace más de un año que ya no fumo. Lo dejé de un solo golpe, solo me decidí y dejé de fumar, pienso que si soy capaz de quitarme algo que me gusta, es más fácil quitarme algo que no me gusta y así me construyo y me reinvento a mi manera.

Por otro lado está el café, siempre me ha gustado y mucho, pero hace algún tiempo que lo desdeñó, solo un poco, es como un castigo... para el café. Ahora lo bebo poco, muy poco. Lo he remplazado por agua, ahora mismo me acompaño con un vaso lleno de cristalina agua... la verdad es que no está tan lleno a esta altura.

Entonces me decidí a plasmar mis pensamientos en el momento que desperté, ya que no tengo en qué pensar y como decía Atahualpa Yupanqui; "tenía pero hace tiempo, ahora ya no tengo más..." en su vieja canción Los Ejes De Mi Carreta, que tanto canté en mi temprana juventud, acompañado de mi guitarra. En ese tiempo sentía que era una triste canción, ahora cobra sentido para mi, ahora la entiendo, el tiempo y la experiencia me han hecho comprender plenamente esa bella canción justo en este momento.

Antes también miraba al cielo nocturno, esto también hace tiempo que no lo hago. ¿Qué sigue ahora?, escribir más ya no, creo que ha sido suficiente, 

Intentaré cerrar los ojos y dormir... para soñar.

En el rincón aquel, donde dormimos juntos...

En el rincón aquel, donde dormimos juntos 
tantas noches, ahora me he sentado 
a caminar. La cuja de los novios difuntos 
fue sacada, o tal vez que habrá pasado. 

Has venido temprano a otros asuntos 
y ya no estás. Es el rincón 
donde a tu lado, leí una noche, 
entre tus tiernos puntos 
un cuento de Daudet. Es el rincón 
amado. No lo equivoques. 

Me he puesto a recordar los días 
de verano idos, tu entrar y salir, 
poca y harta y pálida por los cuartos. 

En esta noche pluviosa, 
ya lejos de ambos dos, salto de pronto... 
Son dos puertas abriéndose cerrándose, 
dos puertas que al viento van y vienen 
sombra a sombra.

Este otoño que tanto te quiero

Este otoño que tanto te quiero

te regalo la lluvia.
la lluvia es todo:
es canción triste, es compañía,
es llanto persistente sobre todo el paisaje,
es la caricia que hace temblar el suelo
y elevar el sexo de las flores.
es la orden húmeda que implanta
los más espesos olores.
te la regalo porque es como tú,
extensa, repentina,
de estatura cansada por el sol de la tarde,
de ojos también cayéndose camino del invierno
y porque en ella yo me siento tan dulce
como me siento en ti.

de todo lo que vuela y nos hace sufrir

nada más compasivo y simple que la lluvia,
y nada tan frágil y a la vez tan invicto
y nada como su misma promesa de frutos y verdor.
mírala, como un mar derrumbado,
como ruinas de una atmósfera de agua que existió.
muchas veces
me empapa de nostalgia y me hace nudos
que escuecen al tragar.
será porque la lluvia
cubre bosques que has amado conmigo,
nos ha mojado juntos, imparcial, minuciosa,
en lejanas provincias junto al mar.
ya para siempre tendrás lo que te he dado,
de mi regalo nunca podrás huir
ni devolvérmelo.
y cuando llueva, cada gota en tu cuerpo será un beso,
un beso que no pide nada a cambio,
que atravesará los impermeables, los paraguas,
diciéndote con su idioma monótono y dormido
que te quiero.

Aquella noche

La noche era cálida y solo se escuchaba el sonido del mar acariciando la playa, era tarde, muy tarde, casi al amanecer.

Se habían amado hasta agotarse, era la última noche juntos en ese lugar, después cada quien partiría con destino diferente.

El tenía un terrible presentimiento, así que mientras ella dormía sollozando por la partida, el la cobijó con su brazos y la tranquilizó con su pecho. Era una abrazo lleno de amor donde en silencio él le entregaba su corazón, su alma, su vida y todo su ser.

La amaba como nunca antes había sentido, la cuidaba, la consentía, estaba pendiente de ella siempre, atento a sus necesidades, a complacerla, a darle paz y serenidad en un mundo convulsionado.

Ella era su prioridad, se dispuso a amarla sin reserva, sin medida, sin recato y sin pudor. Amarla toda siempre... y lo cumpliría.

Cuido su sueño, acarició su cabello y su cuerpo todo, besó su frente. Ella como respuesta suspiraba, largo y profundo. Aun dormida lo sentía. Así pasaron el resto de la noche; ella dormía y suspiraba, él le entregaba todo su ser, cuidándola aunque ella no lo supiera.

Los primeros rayos del sol los sorprendieron, ella abrió los ojos para encontrarlo a su lado, como siempre. Se miraron y él desde lo más profundo del corazón, de su alma y de su ser, hizo surgir las primeras palabras del día...  Te amo.

Devaneos amorosos

Fue entonces que vino para ver mis manuscritos, pues ya había visto algunas de mis publicaciones en este blog.

Obviamente no mostré lo más íntimo de mis escritos y que celosamente guardo en un lugar secreto de mi escritorio. Ya una vez entregué las llaves de mi alma con no muy buenos resultados, así que de ahora en adelante seré más prudente.

Mis escritos íntimos guardan mis sentimientos más profundos, casi clandestinos, aunque bellos en su mayoría y uno que otro doloroso, todos son siempre escritos con optimismo, guardo las cosas que sólo pueden decirse a la mujer amada, solo a ella le pertenecen... cuando aparezca... si aparece.

La vi leer ávidamente, realmente interesada, algunas veces sonreía, otras circunspecta parecía reflexionar, hubo uno que le arrancó un suspiro y me miró con ternura, saltaba de un escrito a otro, leía rápidamente, supongo que por habilidad profesional adquirida con el tiempo. Finalmente me dijo:

-Publiquemos, hay muy buen material.

Mi respuesta fue un largo silencio, no me siento listo para salir públicamente, nunca lo había considerado, aun cuando a la editora parece gustarle la idea de mi libro. Escribo ahora para mi, solo para mi, para nadie más, siento que ya no lo haré nunca más para alguien.

Insistió pero creo que comprendió mis pensamientos, agregando que podría usar un seudónimo, me explicó que muchos lo hacen.

Siempre doy la cara, le comenté, nunca me escondo y que no es lo mío esconderme, si el libro de historias (cuentos digo yo) se publica, será con mi nombre.

Me preguntó que título escogería y más entusiasmada se mostró al oírlo. Me dio su tarjeta, la acompañé a la puerta y me pidió que me mantuviera cercano a ella, que siguiéramos en contacto. Asentí pues parece que hay empatía, eso me da tranquilidad y confianza. Antes de irse, la editora me miró fijamente y me dijo:

-Se que lo dijiste al aire, por salir del paso, pero creo que es un título que puede funcionar y se alejó repitiendo en voz baja el posible título... "Devaneos amorosos".

El amenazado

Es el amor. Tendré que cultarme o que huir. 
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. 
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. 
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, 
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, 
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes, 
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño? 
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo. 
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se 
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz. 
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. 
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles. 
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. 
Ya los ejércitos me cercan, las hordas. 
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata. 
Me duele una mujer en todo el cuerpo.

Que todas las señales nos crucen de frente

Ojalá que el tiempo no se disfrace de distancia,
que haya más voluntad y menos pretextos,
que nos demos con la punta de los labios
cualquier gota que prolongue los alientos.

Ojalá que la libertad nos encuentre desnudos
y de preferencia en el mismo cuarto
para abarcar contigo toda la ciencia del orgasmo,
y me llenes la boca con flores muy despacio.

Ojalá que si vuelves sea para que te quedes,
si te vas quiero que me lleves,
si te busco deseo que me encuentres
y que todas las señales nos crucen de frente.

Hay amores...

Hay...
Amores que marean, que suben, que bajan de golpe, que azotan, que vuelan. 
Amores que entre silencios se sollozan, se acarician, se alientan.
Amores que soñaron, que despiertan y que viven soñando.
Amores que se equivocan, porque errando aprenden a amar más, dicen.
Amores que no despiertan después de la luna, porque solo de noche saben amar.
Amores imposibles, que solo suspiran, que solo se esperanzan.
Amores que se prometen la eternidad, que despiertan y duermen, que lloran y ríen, que fracasan y creen triunfar.
Amores que aman para ser vida, dar y exhalar más vida.
Amores que esperan, y los que se impacientan.
Amores que van y vienen, que esperan la bienvenida y sufren con las despedidas.
Amores... hay muchos.

La tormenta

A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir cruzándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta.

La risa

Es imposible no reír cuando estamos juntos, sincera, amistosa, confiable, cariñosa, honesta, leal, amorosa, franca, tierna y un sinfín de cualidades más, pero sobre todo divertida.

Graciosa cuando habla con acento español o imita a las personas, ocurrente, despreocupada, reímos a carcajadas, en ocasiones hasta las lágrimas, pero siempre reímos.

En ocasiones no podemos comer por tanta risa, correríamos un gran riesgo de ahogarnos o de llenar al otro de comida... esto ya ha pasado y lo único que conseguimos es reír más.

Seguramente parecemos un par de locos o más probablemente un par de tontos, pero ya pasan tantas cosas tristes o muy serias para no reír, merece la pena reír,  aunque a veces la risa es debido a que se burla de mi la muy bribona, pero se bien que su intención no es molestarme sino simplemente verme feliz, y en verdad lo soy, se que cuento con ella.

Reír a carcajadas no es bueno para mi salud, literalmente, pero es excelente para mi alma.

Error de cálculo en la mirada

El error es mirar lo de ayer con ojos de hoy,
querer que las cosas vuelvan a ser igual
cuando tú ya no eres el mismo,
como si se pudieran reciclar los suspiros
o dar un mismo beso por segunda vez.
Los mudos no gritan, los sordos no ven la música,
con las cinco letras que se escribe "tarde"
no puedes escribir "ahora",
el amor que fue, ese ya nunca vuelve.

Desde los afectos

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo? 
Que uno tiene que buscarlo y dárselo...
Que nadie establece normas, salvo la vida...
Que la vida sin ciertas normas pierde formas...
Que la forma no se pierde con abrirnos...
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente...
Que no está prohibido amar...
Que también se puede odiar...
Que la agresión porque sí, hiere mucho...
Que las heridas se cierran...
Que las puertas no deben cerrarse...
Que la mayor puerta es el afecto...
Que los afectos, nos definen...
Que definirse no es remar contra la corriente...
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja...
Que negar palabras, es abrir distancias...
Que encontrarse es muy hermoso...
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida...
Que la vida parte del sexo...
Que el por qué de los niños, tiene su por qué...
Que querer saber de alguien, no es sólo curiosidad...
Que saber todo de todos, es curiosidad malsana...
Que nunca está de más agradecer...
Que autodeterminación no es hacer las cosas solo...
Que nadie quiere estar solo...
Que para no estar solo hay que dar...
Que para dar, debemos recibir antes...
Que para que nos den también hay que saber pedir...
Que saber pedir no es regalarse...
Que regalarse en definitiva no es quererse...
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos...
Que para que alguien sea, hay que ayudarlo...
Que ayudar es poder alentar y apoyar...
Que adular no es apoyar...
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara...
Que las cosas cara a cara son honestas...
Que nadie es honesto porque no robe...
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo...
Que para sentir la vida hay que olvidarse que existe la muerte...
Que se puede estar muerto en vida..
Que se siente con el cuerpo y la mente...
Que con los oídos se escucha...
Que cuesta ser sensible y no herirse...
Que herirse no es desangrarse...
Que para no ser heridos levantamos muros...
Que sería mejor construir puentes...
Que sobre ellos se van a la otra orilla y nadie vuelve...
Que volver no implica retroceder...
Que retroceder también puede ser avanzar...
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol...

¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida?

Ausente

¡Ausente! La mañana en que me vaya 
más lejos de lo lejos, al Misterio, 
como siguiendo inevitable raya, 
tus pies resbalarán al cementerio. 

¡Ausente! La mañana en que a la playa 
del mar de sombra y del callado imperio, 
como un pájaro lúgubre me vaya, 
será el blanco panteón tu cautiverio. 

Se habrá hecho de noche en tus miradas; 
y sufrirás, y tomarás entonces 
penitentes blancuras laceradas. 

¡Ausente! ¡Y en tus propios sufrimientos 
ha de cruzar entre un llorar de bronces 
una jauría de remordimientos!

SOLO PORQUE NO TE AME...

"Sólo porque  no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo mi ser"

“Sólo porque  no te ame como tú quieres, no significa que no sienta el más puro de los sentimientos”

"Sólo porque  no te ame como tú quieres, no significa que no cumpla con los votos ni aun estando en silencio."

"Sólo porque  no te ame como tú quieres, no significa que  mis ausencias eran para alejarte"

"Sólo porque  no te ame como tú quieres,  no te da el derecho a juzgar mi amor"

Cada noche

Al terminar el día se dirige a su escritorio y escribe. A veces son solo anotaciones, otras pensamientos, frases, ideas, palabras sueltas. Luego a manera de rompecabezas une las piezas y surge una pequeña historia.

Es un hábito que empezó en su recién estrenada soledad, un recurso que había dejado en el olvido con el paso del tiempo y que ahora, el final del día lo termina escribiendo.

Cada historia representa su esencia, su ser, aunque no necesariamente su realidad. Escribe sobre el amor en sus distintas facetas, siempre con honestidad y sentimiento verdadero.

Lo más profundo, lo más suyo, permanece en su cuaderno, donde el tiempo los olvidará y se perderán para siempre, como la vida que es efímera. Sus sentimientos íntimos no los comparte con nadie como lo hacía con ella, ahora más lejana y ausente que nunca, muchas veces no los escribe por ser muy suyos, no los comparte, no ven la luz y muy probablemente nunca la verán.

Hoy le es más fácil escribir debido a la tecnología que le permite guardar los productos depurados y para él casi perfectos en formato digital, aunque prefiere la tinta y el papel que a menudo lo acompañan. Todo fluye libremente y nunca falta algo que escribir en su soliloquio nocturno.

Encontró en la escritura la paz y tranquilidad para su agobiada alma, despreciada por quien menos esperaba y burlada hasta la saciedad, esta noche analiza su proceder y concluye que el amor ciega, más cuando es profundo y verdadero, y aquella vez lo entregó sin red de protección.

Que hermoso sería poder depositar su amor en alguien que le correspondiera, aunque no fuera con la misma intensidad pero que no humillara tan genuino sentimiento. Que hermoso sería encontrar a alguien que mereciera su total entrega.

Así que nocturnamente escribe historias donde el amor es protagonista y las guarda, las relee y en algún momento alguna de ellas es publicada para ver la luz, así día con día para dar alivio a su ser, taciturno, circunspecto y solitario, escribe hasta que lo alcanza el sueño, todos los días, cada noche.

Noche de lluvia

Se conocieron en el estacionamiento del edificio corporativo. Sus autos quedaban en la misma fila pero el lugar de ella estaba más alejado.

Sucedió que un día coincidieron al llegar, se saludaron cordialmente y juntos caminaron hacia los elevadores.

Ambos trabajaban en el piso 35 de la torre  financiera de oficinas corporativas, en oficinas opuestas, ella llevando las cuentas de países emergentes y él las de países asiáticos. La torre albergaba a los mejores financieros del mundo, ellos eran parte de esa élite.

Coincidir por la mañana se convirtió casi en un hábito, compartían el elevador y con un poco de tiempo comenzaron a comer juntos. Sus platicas tocaban varios temas pero el mundo de los negocios era usualmente su tema central, ambos profesionales con mucho conocimiento, gustaban de compartirlo entre ellos.

Un buen día o mejor dicho, una buena noche coincidieron al salir, en su ámbito laboral existe hora de llegada pero la hora de salida es siempre incierta.

Esa había sido un día maravillosamente nublado pero cuando ellos salieron de la zona de elevadores rumbo a sus autos, cayó un inesperado aguacero acompañado de un cerrado granizo. El auto de él quedaba cerca y corrieron a.refugiarse de la fuerte lluvia que cayó y que con solo unos segundos los dejó empapados.

Jadeantes entraron por la misma puerta cubriéndose con sus respectivos portafolios. Al entrar él prendió el motor para llevarla hacía su auto, pero lo cerrado de la lluvia y el granizo no permitían ver al exterior.

Entonces encendió la calefacción el auto estéreo mientras bajaba un poco la lluvia. Los vidrios se empañaron inmediatamente y se escuchaba el fuerte golpeteo del granizo en la carrocería del auto. Casi simultáneamente se quitaron sus sacos y escurrían gotas de lluvia de sus cabellos.

Reían y disfrutaban del momento, esa noche en ese instante parecía que el tiempo se había detenido. Solo intercambiaron algunas palabras y muchas sonrisas hasta que hubo un silencio entre ellos, que se miraban fijamente, embelesados, sus rostros cambiaron la sonrisa por otro gesto, aparentemente de seriedad.

Ella quitó su cabello del rostro y limpio unas gotas que escurrían del rostro de él, lo hizo con familiaridad, casi como cualquier cosa, pero ya no quitó su mano de su rostro y él por corresponder acarició la mano libre de ella.

Ella tomó la iniciativa y sin más lo besó, suave, largo, intensamente, él por supuesto que correspondió sin dudarlo, tenían mucho tiempo tratándose pero nunca habían hablado de temas de pareja de tan absortos que estaban en sus respectivos trabajos.

Las caricias y los besos subieron de intensidad mientras la ciudad se llenaba de blanco granizo, se tocaban, se acariciaban se reconocían, lo hacían sin recelo y con gusto.

Ella susurró a su oído:
-Reclina el asiento. Y lo hizo presuroso, sin más ella se monto en él y ambos buscaban el centro, para tocarlo, desnudarlo, gozarlo.

Ella abrió la camisa de él y él la de ella y le soltó el brasier para dejar al descubierto sus senos y se pezones erectos, los que beso, lamió y chupo mientras la sujetaba fuerte por su trasero.

Montada en el abrió sus piernas e introdujo su virilidad tan profundo como pudo en ella, gemían, suspiraban se besaban, se estrujaban, se jalaban, se rozaban, se tallaban, a ratos ella clavaba sus uñas en el pecho de él. Lo cabalgaba a placer, se entregaban en rítmico vaivén, muy juntos y apretados, con besos profundos e interminables.


Desde el piso 35, donde trabajaban se veía una ciudad blanca y con lluvia interminable con relámpagos y truenos y el estacionamiento lleno a la mitad. No podía verse dentro de los autos pero algo mágico estaba sucediendo en uno de ellos, una pareja se conoció en ese lugar y en ese mismo lugar estaban estrenando su pasión y entregando su alma y su amor, en una noche de lluvia.

4 décadas... y un poco más

Sentado en la banca de un parque la esparaba,  veía a la gente pasar y eso me entretenía.

Una niña y su mamá paseaban en bicicleta y al pasar frente a mi ambas me sonrieron a manera de saludo, yo correspondí.

Había  un globero y el imprescindible señor de los helados, más allá un joven vendía papalotes que ponían a los padres en enredos, literalmente.

A Caroline la conocí de adolescente, 12 o trece años, ella no hablaba español y mi inglés era muy limitado. Vino en un programa de intercambio cultural siendo una estrella de un programa de televisión infantil. A pesar de que es 8 años mayor que yo, desde entonces nos entendimos bien.

Ella con paciencia infinita esperaba que yo encontrara la palabra adecuada para decirla en inglés y corregía gentilmente mi pronunciación con su británico y encantador acento inglés.

Llegó con su inconfundible sonrisa, hermosa, ahora yo  soy más alto, ella sigue siendo bella, luce mas joven que su edad, con su cara de niña, su cabello rubio, sus hermosos ojos azules, sin cirugías -esto me lo comentó  después ya que tiene pánico al quirófano-, lo que la hace aun más atractiva, creo que esta más delgada. Nos sonreímos, abrazamos y besamos al saludarnos como si el tiempo no hubiera pasado.

Ahora habla español fluídamente, resultado de años de radicar en Madrid y mi inglés es más fluido sin ser británico, así que platicamos mezclando los idiomas.

Nos pusimos al día y ambos estábamos fascinados el uno con el otro, sobre todo por la forma de coincidir tan inesperada. Su hija es amiga de una amiga mía que ahora vive en Madrid, una vez ella y su hija la visitaron y cuando dijeron que venían a México, mi amiga les pidió entregarme algo. Caroline recordó el apellido y surgió la inquietud de que fuera la misma persona de hace más de 40 años.

Recibí el obsequio de mi amiga pero no pude ver a Caroline por cuestiones de mi trabajo, pero hicimos contacto por teléfono y fue ella quien propuso este lugar de reunión.

La plática se alargó por horas, así. Que fuimos a merendar a un lugar cercano. Llegó  el momento de las confidencias ella inició con la confianza que sentíamos, diciendo que se había ido enamorada de mi a pesar de la diferencia de edades. Yo le confesé que me había quedado enamorado pero en ese tiempo callé... ¡por la diferencia de edades! Reímos.

Continuamos platicando hasta que casi cierran el restaurante y la acompañé a su hotel. Su estancia sería corta pero quedamos de seguir en contacto, ahora la tecnología ayuda.

Hace más de cuarenta años inició una amistad que la distancia y el tiempo interrumpió. Ahora continúa a pesar del tiempo y la distancia.

Ella sigue bella, encantadora, jovial, disfrutamos estar juntos y apreciamos lo que uno encontró en el otro. Por lo pronto soy feliz de coincidir una vez más y poder darme cuenta que hay personas que el tiempo no transforma su esencia original, sino que las mejora.

Nos despedimos ese día felices por el reencuentro y saber que lo que sembramos hace años germinó en una mejor relación.

A veces la vida nos besa en la boca y este día la vida me sacó a bailar también.

Intensidad y altura

Quiero escribir, pero me sale espuma, 
quiero decir muchísimo y me atollo; 
no hay cifra hablada que no sea suma, 
no hay pirámide escrita, sin cogollo. 

Quiero escribir, pero me siento puma; 
quiero laurearme, pero me encebollo. 
No hay tos hablada, que no llegue a bruma 
no hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo. 

Vámonos, pues, por eso, a comer yerba, 
carne de llanto, fruta de gemido, 
nuestra alma melancólica en conserva. 

¡Vámonos! ¡Vámonos! Estoy herido; 
Vámonos a beber lo ya bebido, 
vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.