Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

ORACIÓN

Señor, yo te amo
porque juegas limpio;
sin trampas —sin milagros—;
porque dejas que salga,
paso a paso,
sin trucos —sin utopías—,
carta a carta,
sin cambios,
tu formidable
solitario.

No hay comentarios.: