Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
DEL ADIÓS
No se dice. Acude a nuestros ojos, a nuestras manos, tiembla, se resiste, Dices que esperas -te esperas- desde entonces, y sabes que el adiós es inútil y triste
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