Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Con el puño cerrado...
Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario