Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Anoche pedí a un ángel...

Pedí a un ángel que fuese a protegerte mientras dormías. Pronto volvió y le pregunté por qué había vuelto. Una ángel no necesita que otro lo proteja, me respondió.

No hay comentarios.: