Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Cuento muy corto.

No te despidas, solo duerme en mis brazos, estos brazos que te extrañaban tanto.

Reposa tu cabeza en mi pecho, este pecho que late a tu ritmo y aceleras con tan solo una sonrisa .

Siente mis manos en las tuyas, estas manos que se vuelven torpes al sentirte tan cerca.

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