Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Día con día

Amo tu pleito constante por mantener tu uñas en el mejor de los estados.
Esa rutina tan tuya, mágica, exquisita y divina… cuando te maquillas, cómo podría no amarla.
Ese mágico y sensual momento cuando acaricio tu cabello hasta hacerte dormir… ese también lo amo.
Amo ese mágico momento en que te veo dar vueltas mientras te decides para hacer algo…

Y tu cálido aliento sobre mi pecho, tus brazos en mi pecho y tu pierna envolviendo las mías… esos también los amo.
He aprendido a amar tus enojos sin fundamentos, tus palabras fuertes cuando me riñes y tu mirada amenazante.
Cuando las gotas de agua recorren tu ondulado cuerpo al bañarte, esas también las amos.
Amo cuando corres queriendo escapar de la lluvia para no mojarte, olvidando mis brazos que van de tras tuyo presurosos, para que no tropieces.

Y mirar mi reflejo en tus pupilas, eso también lo amo.
Amo cuando no entiendo lo que dices en tu rápido hablar, tu acento distinto, tu voz ronca y sensual.
Amo cuando cantas, cuando ríes, cuando bailas, cuando suspiras y hasta cuando duermes.
Amo dormir a tu lado y despertar encontrándote acurrucada en mí.

Cuando caminas con natural desparpajo y te acompaña el ritmo de tus caderas de mujer completa y yo caminando detrás de ti para gozar del maravilloso espectáculo de tu andar.
Amo nuestros ratos en silencio mirándonos o inhalando nuestro aliento, o simplemente mirando hacia el mismo punto… compartiendo.
¡Que no amo de ti si te amo toda!
:D

No hay comentarios.: