Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Una taza de café



Preparando una taza de café, té observo toda, tu cuerpo curvilíneo de mujer madura, tu negra melena desordenada, tu mirada fija y concentrada, te observo toda.

Me gusta verte así, con tu cuerpo desnudo bajo tu bata de suave satín negro como tu cabello, preparando una taza de café para mí, es un rito, uno pequeño, todas las veces es igual, todas las veces te observo dedicada a complacerme, demostrando tu amor por mí.

Tu cuerpo se dibuja sensual y felino, sin adornos, entero, cuerpo que se ha entregado a mí, a ti no se te conquista, tú te entregas, en tu tiempo, en tu momento, pero al hacerlo te abandonas, te das toda, sin reserva y sin pudor, eso pienso mientras enamorado te observo.

Pareces no notarme, como si no estuviera ahí, pero sabes que estoy, que siempre estoy, mientras sigues nuestro rito de amor, tú preparando mi café, yo observándote.

Eres como una ilusión una fantasía, pero muy real, mi piel se estremece, mi corazón se acelera, la respiración se me entrecorta, cuesta trabajo estar ahí solo observándote, conteniendo las ganas de acariciarte, abrazarte, besarte toda, en ese orden, para después estar piel con piel, volvernos uno en un eterno abrazo.

Te observo mientras sigues ensimismada en la tarea de prepararme una taza de café, tarea simple que conviertes en magia, tú eres magia y la habitación se llena de tu magia, unida al penetrante aroma del café.

Desde ese día tomar café se ha vuelto un divino rito que te trae hacia mí, no importa en dónde esté, en dónde me encuentre o lo que esté haciendo, el aroma del café trae tu imagen a mi memoria y se implanta permanente en ella.

Café y mujer, aroma y calor, cuerpo y sensualidad, eres como el café cuando te bebo sorbo a sorbo, te paladeo, me deleito en ti. Me lleno de tu aroma, de tu calor y de tu cuerpo…

:D

No hay comentarios.: