Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

¡Que gratificante!

Que gratificante es conocer a alguien que sabe de amor, lo siente, lo vive, lo emana, lo transmite y lo contagia.

Que gratificante es conocer a una persona transparente, sin dobleces, ni mentiras, que te mira y habla con franqueza y de noble corazón.

Que gratificante cuando se acelara el corazón, te inquietas porque vendrá y sabes que sonreirá para ti.

Que gratificante cuando llega un compañero de viaje, que te anima, te escucha, te cuida y te protege, sin nada a cambio que pedir.

Que gratificante que cuando menos lo esperaba... ¡llegaste a mi vida!

No hay comentarios.: