Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Tú, tú, tú, mi incesante...

¡Tú, tú, tú, mi incesante
primavera profunda
mi río de verdor
agudo y aventura!


¡Tú, ventana a lo diáfano:
desenlace de aurora,
modelación del día:
mediodía en su rosa,


tranquilidad de lumbre:
siesta del horizonte,
lumbres en lucha y coro:
poniente contra noche,


constelación del campo,
fabulosa, precisa,
trémula hermosamente,
universal y mía!


¡Tú más aún: tú como
tú, sin palabras toda
singular, desnudez
única, tú, sola!

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