Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Una vieja historia, una nueva historia.

Una vieja historia cuenta que un plebeyo montó guardia bajo el balcón de una princesa el tiempo que ella dispuso para ser desposada por aquel, pero faltando minutos para conseguir su propósito, el plebeyo desistió porque la princesa viéndolo sufrir, no se hizo algo que lo evitara, concluyendo así que ella no se merecía su amor.

Una nueva historia puede ser escrita de manera diferente; él no está bajo un balcón sufriendo la inclemencia del tiempo, ella no es una princesa y él no es su súbdito,  tampoco hay un propósito a alcanzar con la espera, pero lo más importante es que él sabe que se merece ese amor que solo ella pudo hacerle sentir.

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