Volvieron los dragones

El Bosque Encantado esta vacío,  o al menos no están la princesa ni el caballero, este último partió cuando a ella dejó de importarle, yendo en su búsqueda con rumbo a la luna se embarcó completamente solo.

En el bosque Corcel se quedó a cargo, pronto regresó Entusiasmo, desesperado por estar invisible y pequeño, permanentemente escondido en un rincón o siendo usado como mechero. Rompió su promesa de cuidar a la princesa, ella se había olvidado de ellos hace mucho tiempo, tanto que ni ella misma lo recordaba, otra promesa rota no le haría mella al caballero y el dragón lo sabían, tantas promesa rotas, solo él es capaz de mantener su palabra en un mundo lleno de mentiras.

Ahora Entusiasmo y Corcel estaban juntos pero no eran los únicos,  un ejército de dragones los acompañaban, habían vuelto todos sin faltar uno solo, jugaban como cuando estaba su entrenador, nadaban en el lago a quien tanto temía la princesa, hacían evoluciones en el aire hasta alcanzar el faro, mantenían con vida el lugar, que cuidaban para que nadie más se aproximara, solamente la princesa o el caballero lo habitaban, pues a ellos pertenecía.

Entusiasmo ya no sabía los pensamientos de la princesa y a ella ni siquiera le importaba, tampoco podía comunicarse con el caballero,  eso le dejaba indicios de que él se encontraba muy lejos del bosque, el lugar que construyó para su amada y que ella había decidido olvidar totalmente.

En su jornada el caballero dejaba una sonrisa en las personas que encontraba, y los dejaba llenos de esperanza y alegría al partir, la gente era feliz al encontrar al campeador que seguía su viaje sin rumbo fijo, había perdido el camino hacia la luna queriendo llegar al alma de su amada.

Muchas cosas han cambiado desde entonces; los dragones volvieron, ahora Corcel y Entusiasmo dirigen el bosque, pero otras cosas permanecen igual; las margaritas siguen creciendo donde pisó el caballero que en su pecho mantiene viva... una rosa.