Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
La hora
Me gusta la hora en que mi prosa se desata y corre libre e irresponsablemente feliz. Cuando surgen las letras sin prisa pero sin pausa, sin barreras ni límites, agolpándose, encimándose, libres de significado vaciando mi sentir sin restricciones, es en esos gloriosos momentos... que soy feliz.
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