Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Aire

El aire juega a las distancias: acerca el horizonte, 
echa a volar los árboles 
y levanta vidrieras entre los ojos y el paisaje. 

El aire juega a los sonidos: 
rompe los tragaluces del cielo, 
y llena con ecos de plata de agua 
el caracol de los oídos. 

El aire juega a los colores: 
tiñe con verde de hojas el arroyo
y lo vuelve, súbito, azul, 
o le pasa la borla de una nube. 

El aire juega a los recuerdos: 
se lleva todos los ruidos 
y deja espejos de silencio 
para mirar los años vividos. 

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