Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

El mensaje

4:30 am 

El celular no deja de vibrar, más dormido que despierto lee sorprendido el mensaje repetido obsesivamente.
-¡Quiero verte!
-Yo también. Contestó
-¡Quiero verte ahora, estoy aterrizando ya!
-¡Qué! ¿Es en serio?
-¿Me crees capaz de bromear con esto y a esta hora?
-No, voy para allá, dame el vuelo.

4:35 am

En la ducha no deja de pensar en ella, no sabe como recibirla, que hacer ni que decirle. Repasa mentalmente su día para cancelar alguna cita, es muy temprano para hacerlo, tendrá que esperar a que avance un poco el día. Unos jeans, pullover gris con zapatos de gamuza es su atuendo, billetera, credenciales, dinero, reloj llaves y a la cochera.

Vuela más que conducir, a esa hora la ciudad está vacía y el aeropuerto no está muy lejos, espera alcanzarla antes que salga.

¿Por qué no le avisó que iría? Habría tiempo para preparar su bienvenida, tendría tiempo de preparar su corazón, mientras conduce recuerda cada uno de sus encuentros, todos maravillosos, la ama como nunca amó antes, es el amor de su vida, de eso no tiene duda. Quiere verla, abrazarla, besarla, estrujarla, amarla sin preguntas, enredarse en sus brazos y sus cabellos. Tiene taquicardia, su respiración es agitada, está vuelco loco de felicidad. Se percata que olvidó ponerse calcetines pero en ese momento no es importante.

4:50 am

Estacionándose lo más cerca posible del acceso de llegada internacional, hay lugares vacíos por la hora, pero en el aeropuerto ya hay movimiento. No espera al elevador y va por las escaleras presuroso con el alma en un hilo y la emoción a flor de piel.

4:55 am

Está en la sala de llegada, hay personas saliendo, pero ella no. En el tablero de arribo indica que el vuelo aterrizó a las 4:50 am, comienza a desesperarse y pregunta a algunos pasajeros que salen de que vuelo son, ninguno es el de ella.

De pronto la puerta se abre y en la fila de aduana la ve en ¡jeans y pullover gris!¡Vaya coincidencia! ella no lo ve, mira su pasaporte, la puerta se cierra y el guarda en su alma esa imagen, no ha cambiado, su cabello largo y sin peinar, su gesto serio e impersonal.

No ha tomado su acostumbrada taza de café, es más importante recibirla que su rutina diaria. Se despeja la cara y se da cuenta que no se afeitó, pero no le importa, solo quiere estar con ella.

5:20 am

Se abre la puerta y comienzan a salir los pasajeros de su vuelo, no la ve, se inquieta, pero su inquietud no dura, de la puerta aparece ella con una sonrisa tímida y nerviosa. El se acerca para ayudarla con el equipaje ella no puede sostenerle la mirada, hasta que el tiene las manos ocupadas con el equipaje ella no aguanta y lo abraza fuerte, como no queriendo separarse nunca, el corresponde y el equipaje termina en el suelo. Ella toma su cara con sus manos y lo besa, el la toma por la cintura correspondiendo, la gente los mira, emanan magia, algunos aplauden, el mundo no existe para ellos, el tiempo se detiene.

-Tengo hambre, dijo ella.
-Hay restaurantes aquí vamos a desayunar, contestó nervioso.
-De ti, contestó ella.

Se vuelven a besar y abrazar, se reparten las maletas y caminan tomados de la mano, mirándose mutuamente sin parar de sonreír.

5:35 am

El amor siempre estuvo ahí... creciendo.


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