Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Intensidad y altura

Quiero escribir, pero me sale espuma, 
quiero decir muchísimo y me atollo; 
no hay cifra hablada que no sea suma, 
no hay pirámide escrita, sin cogollo. 

Quiero escribir, pero me siento puma; 
quiero laurearme, pero me encebollo. 
No hay tos hablada, que no llegue a bruma 
no hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo. 

Vámonos, pues, por eso, a comer yerba, 
carne de llanto, fruta de gemido, 
nuestra alma melancólica en conserva. 

¡Vámonos! ¡Vámonos! Estoy herido; 
Vámonos a beber lo ya bebido, 
vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.

No hay comentarios.: