Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Frases de Pablo Neruda...

A nadie te pareces, desde que yo te amo.

Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

Amo el amor que se reparte en besos, lecho y pan. Amor que puede ser eterno y puede ser fugaz. Amor que quiere libertarse para volver a amar. Amor divinizado que se acerca Amor divinizado que se va.

Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, ¡qué soledad errante hasta tu compañía!

Amor mío, nos hemos encontrado sedientos y nos hemos bebido toda el agua y la sangre, nos encontramos con hambre y nos mordimos como el fuego muerde, dejándonos heridas. Pero espérame, guárdame tu dulzura. Yo te daré también una rosa.

Así te amo
porque no se amar
de otra manera.

Ay, seguir el camino que se aleja de todo
donde no esté atajando la angustia, la muerte,
el invierno.

¡Ay viajero!. No vas y no regresas:
eres, en los caminos,
existes, en la niebla.

¿Como continua el agua?
¿Cual es el cielo de las piedras?…

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca y ella no está conmigo.

¡Cómo sabría amarte, mujer cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás! Morir y todavía amarte más. Y todavía amarte más.

Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida.

Creo que el hombre debe vivir en su propio país y creo que el desarraigo es para el ser humano una frustración que, de una u otra manera, atrofia la claridad de su espíritu.

¿Cuál será la diferencia entre tener paciencia para nada y perder el tiempo?

Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.

Cuánto te habrá dolido acostumbrarte a mí.

¿Cuánto vive el hombre, por fin?
¿Vive mil años o uno solo?
¿Por cuánto tiempo muere el hombre?
¿Qué quiere decir para siempre?

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega.

De la vida no quiero mucho. Quiero apenas saber que intenté todo lo que quise, tuve todo lo que pude, amé todo lo que valía la pena y perdí apenas lo que, nunca fue mío.

De nadie seré, solo de ti. Hasta que mis huesos se vuelvan cenizas, y mi corazón deje de latir...

(...) De pronto mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.

Debajo de tu piel vive la luna.

Decidí enamorarme de la vida, es la única que no me va a dejar sin antes hacerlo yo.

Desnuda eres tan simple como una de tus manos: lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente. Tienes líneas de luna, caminos de manzana.

El agua anda descalza por las calles mojadas.

El amor no se mira, se siente, y aún más cuando ella está junto a ti.

El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan.

El más grande de los hombres sencillos, nuestro maestro.

El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error. 

El vino abre las puertas con asombro y en el refugio de los meses vuelca su cuerpo de empapadas alas rojas.

El vino mueve la primavera, crece como una planta la alegría. Caen muros, peñascos, se cierran los abismos, nace el canto.

En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.

…En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño
así como en el cielo no ha cabido una estrella…

En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces
Y viven en tu vida mis infinitos sueños.

En un beso sabrás todo lo que he callado.

Era la negra, negra soledad de islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.
Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Esta vez dejadme ser feliz, nada ha pasado a nadie, no estoy en parte alguna, sucede solamente que soy feliz…

Estoy mirando, oyendo, con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma en la tierra, y con las dos mitades del alma miro el mundo.

Hacia tus pies resbalo, a las ocho aberturas, de tus dedos agudos, lentos, peninsulares, y de ellos el vacío de la sábana blanca caigo, buscando ciego y hambriento tu contorno de vasija quemante.

Hagamos profesión terrestre toquemos tierra con el alma.

Hay que buscar cosas oscuras
en alguna parte en la tierra,
a la orilla azul del silencio
o donde pasó como un tren
la tempestad arrolladora;
allí quedan signos delgados,
monedas del tiempo y del agua,
detritus, ceniza celeste
y la embriaguez intransferible
de tomar parte en los trabajos
de la soledad y la arena.

Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce.

He dormido contigo y al despertar tu boca salida de tu sueño me dio el sabor de tierra, de agua marina, de algas, del fondo de tu vida, y recibí tu beso mojado por la aurora como si me llegara del mar que nos rodea.

Hilo de trigo y agua
de cristal o de fuego,
la palabra y la noche,
el trabajo y la ira,
la sombra y la ternura
todo lo has ido poco a poco cosiendo
a mis bolsillos rotos…

Oda a la alcachofa
La alcachofa
de tierno corazón
se vistió de guerrero.

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.

La poesía nace del dolor. La alegría es un fin en sí misma.

La risa es el lenguaje del alma.

La suerte es el pretexto de los fracasados.

La timidez es una condición ajena al corazón, una categoría, una dimensión que desemboca en la soledad.

La verdad ha muerto y nadie llora.

…Las gentes cruzan el mundo en la actualidad
sin apenas recordar que poseen un cuerpo y en él la vida,
y hay miedo, hay miedo en el mundo..

Las lágrimas que no se lloran, ¿esperan en pequeños lagos?, ¿o serán ríos invisibles que corren hacia la tristeza?

Las palabras no dicen
lo que mis manos piensan,
pero tus ojos gritan
lo que los míos sueñan.

Oda al libro
Libro, cuando te cierro
abro la vida

Los conquistadores españoles se llevaron nuestro oro pero nos dejaron el suyo: la lengua.

Mariposa de ensueño, te pareces a mi alma y te pareces a la palabra melancolía.

Me duele la mente de tanto imaginarte aquí, a mi lado.

Me gusta el silencio, desde que empecé a amarte en él.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy, alegre de que no sea cierto.

Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

Me piden lo profético que hay en mí, con melancolía y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso.

…mi sangre
está luchando.
Derrotaré
tus pálidas banderas
en donde se levanten…

Mi vida está hecha de todas las vidas.

Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruelas.

Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.

No culpes a nadie, no te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.

No hay espacio más ancho que el dolor,
no hay universo como aquél que sangra.



No hay nada más interesante que los ojos. ¿Ya miraste a los ojos de la otra persona? De la persona amada y no amada. Del amigo y del conocido. Del jefe y del compañero de trabajo. De un niño y un anciano. Los ojos emiten una energía que es la misma energía del alma, por eso son conocidos como las ventanas del alma. Cuando miro en los ojos y dejo que los otros miren en mis ojos, estoy abriendo puertas hacia un mundo de comprensión y amor.

No he salido de ti cuando me alejo.

No penetremos más allá de esos dientes,
No mordamos las cáscaras
que el silencio acumula,
por que no se que contestar:
hay tantos muertos y tantas cosas
que quiero olvidar.

…No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve,
no puedo ser la sombra que se deshace y pasa…

No puedo ser sin que las hojas vuelen y vuelvan a la tierra.

No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrenta con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Para mi próximo truco, necesito que me beses y haré aparecer mágicamente mariposas en tu estómago.

...Para nacer he nacido, para encerrar el paso de cuanto se aproxima, de cuanto a mi pecho golpea como un nuevo corazón tembloroso.

Para que nada nos separe,
que no nos una nada.

Paz para los crepúsculos que vienen,
paz para el puente, paz para el vino,
paz para las letras que me buscan
y que en mi sangre suben enredando
el viejo canto con tierra y amores,
paz para la ciudad en la mañana...

… Pero porque pido silencio
no crean que voy a morirme:
me pasa todo lo contrario:
sucede que voy a vivirme…

Pocas razas hay sobre la tierra más dignas que la raza araucana. Alguna vez veremos universidades araucanas, libros impresos en araucano, y nos daremos cuenta de todo lo que hemos perdido en diafanidad, pureza y energía volcánica.

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.

Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío…

¿Por qué anduvimos tanto tiempo creciendo para separarnos?

¿Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana...?

¿Por qué se suicidan las hojas cuando se sienten amarillas?

Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío…

… porque apenas
abrí el entendimiento
vi la bondad vestida de pobre trapo oscuro…

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche; escribir, por ejemplo: La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche, pensar que no la tengo, sentir que la he perdido.

Queda prohibido no sonreír a los problemas, 
no luchar por lo que quieres, 
abandonarlo todo por miedo, 
no convertir en realidad tus sueños.

¿Quién llama? ¿Qué silencio poblado de ecos?
Hora de la nostalgia, hora de la alegría, hora de la soledad...

Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.

Sembremos la llanura antes de arar la loma.

Señora hiciste grande,
más grande a nuestra América.

Si me preguntan qué es mi poesía debo decirles no sé; pero si le preguntan a mi poesía, ella les dirá quién soy yo.

Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.

Si no escalas la montaña, jamás podrás disfrutar del paisaje.

Si quieren no me crean nada.
Solo quise enseñarles algo.
Yo soy profesor de la vida,
vago estudiante de la muerte,
y si lo que sé, no les sirve,
no he dicho nada, sino todo.

Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.

Soy solo un hombre, y llevo mis castigos
como cualquier mortal apesarado,
de amar, amar, amar, si que lo amaran,
y de no amar, habiendo sido amado.

Sube a nacer conmigo, hermano.

Sucede que me canso de ser hombre.

¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?

Te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre la sombra y el alma.

… Te desdeñé, alegría.
Fui mal aconsejado.
La luna
me llevó por sus caminos…

…Te forjé en lucha viva.
De mi pelea oscura contra mí mismo, fuiste…

Te sentirán mis sueños eternamente mío
brotando de la bruma de todas mis tristezas…

Toda nuestra tierra está hecha de sueños y sonidos.

Todo era de los otros y de nadie, hasta que tu belleza y tu pobreza llenaron el otoño de regalos.

Un poeta tiene que estar enamorado. Enamorado hasta el último momento de su vida.

Usted es libre de hacer sus elecciones, pero es prisionero de sus consecuencias. 

Y cuando asomas suenan todos los ríos en mi cuerpo, sacuden el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.

Y si no das más, tan solo encuentra lo que hay en tus manos, piensa que dar amor nunca es en vano. Sigue adelante sin mirar atrás.

Yo conocí salones cenicientos, túneles habitados por la luna, hangares crueles que se despedían, preguntas que insistían en la arena.

Yo creía que la ruta pasaba por el hombre, y que de allí tenía que salir el destino.

Yo he sido un hombre afortunado. Conocer la fraternidad de nuestros hermanos es una maravillosa acción de la vida. Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida. Pero sentir el cariño de los que no conocemos, de los desconocidos que están velando nuestro sueño y nuestra soledad, nuestros peligros o nuestros desfallecimientos, es una sensación aún más grande y más bella porque extiende nuestro ser y abarca todas las vidas.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

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