Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Muere lentamente

Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones, justamente éstas que regresan el brillo a los ojos y restauran los corazones destrozados.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo de sus hábitos, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo, quien hace de la televisión su guía. 

Quien evita una pasión, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. 

Muere lentamente quien abandona antes de empezar, quien se queja de su mala suerte, quien no viaja, ni lee, quien no oye música, quien no sueña ni persigue sueños, quien no confía, quien no lo intenta, quien no ama, quien no encuentra gracia en sí mismo.

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