Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Cuando nacen los besos en el alma

Cuando nacen los besos en el alma, 
nacen para buscar 
a unos besos que buscan a esos otros, 
sin saber donde están. 
Y cuando no se encuentran y se funden 
en uno cada dos, 
se consume su esencia delicada 
en un ¡ay! de dolor 
Esa nota doliente es el suspiro 
que lanzamos tal vez, 
y en el aire del suspiro es el aliento 
del beso que se fue. 
En mi alma nacen besos que a otros buscan 
y que mueren así... 
Yo sé que los que quieren son los tuyos: 
¡guárdalos para mí! 

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