Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Campoamor

Éste del cabello cano, 
como la piel del armiño, 
juntó su candor de niño 
con su experiencia de anciano; 
cuando se tiene en la mano 
un libro de tal varón, 
abeja es cada expresión 
que, volando del papel, 
deja en los labios la miel 
y pica en el corazón.

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