Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Bailamos
Caminábamos por la vereda y sentimos la necesidad de bailar al ritmo de nuestra propia música interior, yo que no bailo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario