Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Profundo, sincero y verdadero amor.

Llora sola en su habitación, la rodea la angustia, la desesperación y la tristeza, escucho sus sollozos tras la puerta donde permanezco desde hace mucho tiempo.

Hago guardia sin poder ayudarla, sin saber que hacer, sabiendo que está mal y sin saber si ella se da cuenta que la espero, que la anhelo, que la extraño.

Nunca supimos como la tristeza la envolvió, solo yo sé de su vulnerabilidad, bajo una  apariencia de fingida fortaleza. Es como el diamante, se lo digo en ocasiones, dura por fuera y frágil por dentro.

A ella no le gusta que le diga que es frágil o vulnerable y me muestra sus espinas como armas tal como la rosa del Principito. Ella es mi rosa y va conmigo siempre. Nunca la dejo y nunca me abandona, aun ahora que está mal, que la veo marchitarse muy lentamente.

Pero estaré presente el tiempo que sea necesario, quiero verla salir, qué no diera por verla abrir su puerta, saliendo nuevamente hacia la libertad, abandonar su prisión. Es por ello que yo espero, paciente en su puerta, pero con el alma agitada por dentro, ella merece ser muy feliz. Pero mi amor no le alcanza, ella es muy sensible al mundo que la rodea, que la agrede y la lastima y que no puede componer.

Construí un mundo mágico y bello solo para nosotros, donde es muy feliz, pero esta vez no hubo tiempo de llegar a el, nos ganó su enfermedad.

Es por eso que yo espero, paciente y amoroso, aunque ya no me recuerde, aunque su sentimiento por mi se muera al sanar, no me importa y no es por masoquismo como podrían pensar algunos, sino por amor, la quiero saber feliz por que la amo, con el más profundo, sincero y verdadero amor.
:D

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