Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Quédate

Quédate le dije al oído suavemente, como queriendo extender el tiempo, tiempo que se le escurría entre las manos cuando estaba con ella.

Quédate un poco más, le pedí y ella sonrió con sus ojitos traviesos y su carita pícara.

Quédate le decía y ella contestaba con una sonrisa que alegraba mi alma.

Quédate era mi única palabra, diciéndola a su oído para sentir el tremor de su piel, ella estaba feliz como hace mucho tiempo no lo estaba

Quédate pedía y se quedó, pero solo unos preciosos minutos más, pues se había escapado y no debían descubrir su ausencia.

Quédate conmigo amor...
:D

No hay comentarios.: