Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Ahí

Ahí cuando ya nada importaba, cuando las palabras se acababan y la soledad me abrazaba; justo ahi, justo a tiempo, llegaste tú. A alimentar con tu luz mis sentimientos, a pintar mis sombras de colores, a iluminar mi vida con tu vida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario