Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

La rebeldía

La rebeldía de tu cuerpo le urge a mis manos a comandarte. Y la violencia de tu belleza me incita a saquear tus riquezas. Y me rindo ante tus armas, mujer, para que me azotes con tu tiempo y me arranques la vida a besos.
:D

No hay comentarios.:

Publicar un comentario