Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Propuesta

Peleaban seguido pero no se dejaban, eran intensos y apasionados y se gustabano mutuamente, tanto que no podían separarse ni lo deseaban.


Así que un día ella lo confronto, segura de sí misma como era, lo miró fijamente a los ojos y sin parpadear le dijo: 

-Pídemelo ahora.

Llevaban días amándose como locos y él quería preparar algo hermoso para ella llegado el momento. Y al parecer el momento llegó exigido por ella.

Sin dudarlo, él tomo aliento y tomo sus manos, las de ella, mirándola fijamente y con serenidad sin prisa pero sin pausa le dijo:

-Mi bella peleonera no sabía que me hacías falta hasta que llegaste y no quiero dejarte ir.

-Quiero hacerte una propuesta seria y formal como el sentimiento que tengo por ti.

-No te propongo una eternidad pero me comprometo a luchar por tu amor día a día, sin importar nubes grises, buscaré la firma de regalarte un arcoiris.

-Quiero ser en quien te apoyes para seguir adelante, quiero ser el depositario de tus secretos, quiero ser el hombre en quien confíes plenamente y que llegues a amarme con una intensidad inimaginable.

-A todo eso me comprometo contigo si me aceptas, si quieres creer en mi.

-Te pido desde el fondo de mi corazón y de mi ser, que seas mi novia y dedicarme a conquistarte día a día.

-¿Me aceptas? ¿Quieres ser mi novia?
A pesar de su rebeldía, ella sentía un revuelo de mariposas en su estómago y un cosquilleo entre las piernas.

Lo abrazó y lo besó intensamente y luego de ese beso contestó bajito y acurrucada en su pecho y rodeada por sus brazos:

-Sí quiero.

1 comentario:

  1. ¡Es muy hermoso!¡Qué pena en la realidad seamos tan cobardes!

    ResponderBorrar