Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Abrazo
-¿Sabes de que tengo ganas? Dijo él con picardía.
- ¿De qué? Preguntó curiosa.
- De abrazarte fuertemente, caer en la cama, rodar en ella hasta parar en un profundo y sentido beso.
Ella no respondió, solo lo abrazó hasta caer en la cama...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario