Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Abrazo

-¿Sabes de que tengo ganas? Dijo él con picardía.
- ¿De qué? Preguntó curiosa.
- De abrazarte fuertemente, caer en la cama, rodar en ella hasta parar en un profundo y sentido beso.
Ella no respondió, solo lo abrazó hasta caer en la cama...

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