Conozco de amores bonitos, de esos que se arman y se desarman, que se dejan libres para después volver a su sitio, de esos que no saben volar en otro cielo aunque el suyo se vuelva oscuro, de esos que no buscan hacer de él un paraíso sino de hacer que en un abrazo todo se sienta bonito aunque alrededor y adentro haya dolor.
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