Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Cuando al final

Y cuando al final ya no te queden ganas de amarme, voy a recordar los cientos de besos que me regalaste sin yo haberlos pedido, y usaré cada uno de ellos en los días que me queden de esta vida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario