Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Mientras tanto...

Mientras tanto acá en mi cama continúo improvisando historias, ideando remedios contra el insomnio, engañándome tal vez un poco, atribuyendo la culpa al estrés y la rutina, cuándo sé que mi único diagnóstico no es más que ganas de usted.
:D

No hay comentarios.: