Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Amor infinito

Cuando el arte de amar se vuelve cotidiano, todo crece:  

El hogar, el corazón, el alma.  
En cambio la cama se reduce.
Los cuerpos se revuelcan en el borde. Yéndose de bruces en el abismo de un beso largo largo, que abre puertas al Infinito, al amor infinito.
Y todo crece.

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