Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Eres tan bonita

Eres tan bonita
que decírtelo resulta redundante
y no decírtelo
se parece al silencio.
Al final siempre acabo besándote,
qué es la mejor alternativa a la poesía,
y ya sabes 
que a mí me gusta acabar los poemas
con el verso perfecto,
ese que empieza en un papel 
y acaba en tu boca.

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