Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Hoy Dios vino a visitarme

Hoy Dios llegó a visitarme, 
y entró por todos mis poros; 
cesaron dudas y lloros, 
y fue fácil entregarme, 
pues con solo anonadarme
en la exaltación que tuve,
mi pensamiento detuve,
y al fin conseguí volar...
¡Sin moverme, sin pensar, 
un instante a Dios retuve!

No hay comentarios.: