Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

La rueda

El arco o puente que va
de tu mano a la mía cuando 
no se tocan, abre
una flor intermedia. 

¿Qué toca, qué retoca, qué trastoca
ese vacío de las manos
solas en su fatiga?

Nace una flor, sí,
se agosta en mayo como una
equivocación de la lengua
que se equivoca, sí. 

¿Por qué este horror? 
En la página de nosotros mismos
tu cuerpo escribe.

No hay comentarios.: