Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Me he acostumbrado

Me he acostumbrado 
(así, como quien no quiere la cosa) 
a los domingos sin resaca. 
al amor sin golpes 
y a la gente sin doblez. 

No es que mi vida sea menos emocionante: 
es que las emociones son reales, son sencillas. 

Y por tanto,
hacen bien.

No hay comentarios.: