Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Por si no vuelvo
está en el salón,
sobre la mesa, una nota en una servilleta
(a lápiz):
aqui yace un hombre que Iuchó hasta el final;
porque yo sé que todo acaba, pero me gusta pensar que estoy equivocado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario