Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Por si no vuelvo

está en el salón, 
sobre la mesa, una nota en una servilleta 
(a lápiz): 

aqui yace un hombre que Iuchó hasta el final; 

porque yo sé que todo acaba, pero me gusta pensar que estoy equivocado.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario