Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Tú siempre ganas

Y es que cada vez que te veo algo se remueve aquí adentro; algo cambia en mi piel, en mi alma y en mis pensamientos; cada vez que te siento mi corazón se enciende, mis latidos se aceleran y todo se transforma; el tiempo se detiene, el deseo aumenta y mis demonios bailan; la verdad no sé cómo lo haces, pero cada vez que te veo, mi ser pierde desmedidamente la cordura.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario