Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

¿Me quieres?

-¿Me quieres? Preguntó curiosa ella.
-Sí, contestó rápidamente él.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque anhelo tus mensajes, me alegran cuando llegan, todo el tiempo quiero oirte y verte.
Ella suspiró.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario