Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Enojada y testaruda

Ella me gusta así, con esa cara de muchachita enojada, que se entrega cuando quiere, no cuando puede; que cuando tiene ganas de hablar, nadie la calla, pero cuando calla, nadie la hace hablar. Me gusta con sus ojeras y sus labios secos por tantos besos no recibidos, y seré sincero, ya no sé si la rara es ella, o si el raro soy yo por quererla asi, tal cual es, tan enojada y testaruda.

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