Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Algún día...

Algún dia entenderás que no necesito mucho. Entenderás también que no hace falta que me digas lo que somos; cada vez que nos besamos lo somos todo.
Que no quiero que me preguntes cómo estoy, pero sí que dónde me gustaría estar. La respuesta es sencilla: en tus brazos, ya lo sabes.
Y cuando me mires a los ojos entenderás que no me pasa nada, me pasas siempre tú. Y no tengo nada que decir.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario